Ya están hartos del Mirrey de Progreso
PROGRESO, Yucatán.- Turistas nacionales y locales se llevan una mala impresión del puerto ante el acoso que sufren en los retenes alcoholímetros de Julián Zacarías, donde les imponen multas de hasta 14 mil pesos por pruebas que presumen están alteradas.
Para el alcalde de Progreso y sus huestes estos dos meses de vacaciones de verano son los mejores para extorsionar a los turistas, pues con el pretexto de «cuidarlos» les imponen multas que les arruinan el paseo.
Los turistas nacionales se llevan muy mala impresión del puerto, y se quedan sin ganas de volver. Por eso ahora muchos ya están buscando otros puertos distintos a Progreso y sus comisarías.
El alcoholímetro de Julián Zacarías es una clara muestra de cómo una iniciativa que es positiva se transforma en un arma para acosar a los turistas y cometer abusos de autoridad, además de la poca transparencia sobre a dónde van a parar los ingresos que se captan por multas, arrastres de grúas y permanencia en los corralones.
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