Exponen ante Rotary International graves denuncias contra el Club Rotario Mérida Itzaes

Acusan a directivos de machismo, misoginia y discriminación a las mujeres, además de amenazarlas de muerte por cuestionar los malos manejos y la falta de transparencia en las cuotas y donaciones.

MÉRIDA, Yucatán.- Dos socias renunciaron al Club Rotario Mérida Itzaes en medio de graves denuncias contra directivos, a quienes acusan de machismo, misoginia y discriminación porque como mujeres no les permiten tomar decisiones, además de acoso y amenazas incluso de muerte, ya que cuestionaron el manejo poco transparente del dinero y pidieron cuentas claras.

Una de las socias era presidenta de la agrupación, pero esto no la salvó de las intimidaciones y coacciones, incluso con palabras groseras peyorativas, groseras y altisonantes, por parte del autodenominado “Consejo de Past Presidentes”, que integran, entre otros, David González, fundador del Mérida Itzaes; Igor Peniche (quien se hace apodar «El Diablo» dentro del club), Mario Camargo y Germán Rodríguez.

Los malos manejos y la opacidad financiera también influyeron para que renunciaran al Club y no quedarse calladas. Vieron cosas tan deleznables, como el hecho de que los apoyos se utilicen con fines electorales para promover las carreras políticas de integrantes del Mérida Itzaes, como Celia Rivas Rodríguez, actual presidenta, o para impulsar a políticos «amigos» de los directivos, como Liborio Vidal (aspirante a la gubernatura), con la entrega de sillas de ruedas y otros apoyos sociales.

En una carta del 27 de febrero de este año que dirigen a la entonces presidenta de Rotary International, Jennifer E. Jones, las denunciantes exponen que decidieron renunciar y enterar a Rotary International, porque no es posible que existan clubes dentro de Rotary que simulen aceptar a las mujeres solamente para que después puedan manipularlas a su antojo y conveniencia con la única finalidad de aumentar su membresía, o en el peor de los casos, hacerse “muy amigos” o relacionarse sentimentalmente con algunas de ellas, pero que de acuerdo con sus creencias misóginas sin derecho a pensar o tomar decisiones.

SIMULACIÓN DE IGUALDAD: En este Club (el Mérida Itzaes) se simula la igualdad de género, aunque en la realidad aceptan mujeres pero que actúen como les indique el “Consejo”, de modo contrario son relegadas, es claro que se aprovechan de que muchas mujeres normalizamos el maltrato o no sabemos identificar las actitudes machistas y misóginas, que muchos caballeros ejercen sobre nosotras, en el Club muchas damas somos coaccionadas bajo el falso concepto de la amistad. Es de resaltar que algunas han sentido estas actitudes y simplemente se han dado de baja, por lo menos recuerdo más de 10 damas, mencionan las denunciantes.

DIRIGENTES AGRESIVOS: En la carta aseguran que pensaron mucho en hacer la denuncia ante Rotary International, porque los que controlan el Club Mérida Itzaes son muy agresivos.

Es de resaltar que son gente tan agresiva que lo que narraré pone en riesgo mi integridad, pues ya he recibido las amenazas, aun después de haberme retirado y a pesar de intentar dejar atrás este episodio de agresión y abuso, indica la ex presidenta.

Mi renuncia como Presidenta del Club se debió a una diferencia de criterios, fui “invitada” a una comida con el “Consejo” y durante la cual fui víctima de violencia comunitaria, ya que entre todos los presentes (eran 9, solo hombres) y ejerciendo machismo, misoginia, discriminación porque como mujer no me es permitido tomar decisiones, me amedrentaron, intimidaron, denigraron y coaccionaron, incluso con palabras peyorativas (insultos a mi persona) para que yo aceptara los criterios que ellos ya habían decidido, de manera narcisista, sin tomar en cuenta mi opinión, además durante los días siguientes se me acosó con llamadas telefónicas groseras y amenazantes para que aceptara los criterios impuestos por ellos, argumentando que las presidentas mujeres no tenemos derecho a decidir solo hacer lo que el “Consejo” decida y amenazándome con destituirme y publicar mi destitución a manera de desprestigio sobre mi persona y manifestando que todo esto lo hacían por el “bien del Club”.

COMO UNA MUJER GOLPEADA: Me sentí como aquellas mujeres golpeadas por el marido, que cada vez que les propinan un golpe, le dicen que lo hacen por amor y porque las quieren, solo que se portaron mal y él como hombre y ser superior la tiene que corregir.
Además, algunos de los integrantes de este “Consejo” realizaron llamadas a varios socios con la intención de desprestigiarme, de lo cual me enteré por las personas que recibieron las llamadas.

Al sentirme humillada, denigrada, atacada y en estado de indefensión, por un grupo de hombres que se sintieron “jueces únicos” erigidos en un “Consejo”, por el simple hecho de que una Mujer Presidente tomó una decisión con base a los criterios de Rotary, que de acuerdo con sus criterios misóginos es inaceptable, decidí presentar mi renuncia.

El engaño, vejación, agresión, abuso de la violencia comunitaria (pues estaba sola) y el trato misógino y narcisista, no eran necesarios para resolver una diferencia de criterios. Claro, ellos en el entendido que responden a sus intereses personales, e incluso sentimentales hacia algunas socias.

ROTARIOS MISÓGINOS: Mi caso no es el único, sin embargo, aún no lo habíamos comprendido bien. Hay algunos sucesos que vale la pena comentar como el caso de una socia que se dio de baja debido a que en este “Consejo” hay integrantes que ofenden incluso de muerte a las mujeres, como fue el caso de ella, que fue agredida verbalmente con amenazas de muerte que le provocaron una crisis nerviosa que incluso la tuvieron que atender en un hospital, y el tema de esta discusión fue el cuestionamiento del ejercicio de los recursos del Club, pues este “Consejo” dispone de las cuotas de los socios a su antojo e intereses. El agresor no recibió sanción alguna, pues es uno de los operadores que gestionan subvenciones, tema que por cierto ningún socio puede cuestionar el ejercicio claro de los recursos, ya que durante las sesiones todos son coaccionados por los lideres de este “Consejo” para no hacer preguntas, de lo contrario es estigmatizado y acosado para que renuncie al Club. Todas estas actitudes las justifican diciendo que lo hacen por el “bien” del Club.

NI TRANSPARENCIA NI CUENTAS CLARAS: Las mujeres no recibimos el mismo trato, si una mujer debe alguna cuota, es presionada para que a la brevedad la pague, pero si se trata de alguno de los integrantes del “Consejo”, entonces ellos si pueden atrasarse. Un caso muy reciente es el de un Past President que tiene un adeudo de 17 mil pesos, por concepto de pago por su hijo que esta de intercambio y él no recibió ninguna amonestación o apercibimiento para que pague, aunque ello fuera en contra de las finanzas del Club y de los lineamientos de Rotary.

En este Club hay falta de transparencia y rendición de cuentas sobre el ejercicio de los recursos obtenidos de subvenciones, mismas que solo este “Consejo” tiene permitido gestionar.

DÓNDE QUEDA EL DINERO: Durante el tiempo que fuimos socias nunca se ofreció un informe financiero sobre el ejercicio de los recursos obtenidos por las subvenciones, se hablaba en la sesiones de ellas, se decía que se había beneficiado a ciertas comunidades, pero nunca a quiénes, a cuántos, a quiénes se le haba comprado ni a quiénes se había contratado, además era un tabú preguntarlo. Junto con otros socios preguntamos sobre el uso de esos recursos de la subvención de salud del COVID-19, operado en Mérida, y del agua para Oaxaca y Chiapas, recibimos insultos muy despectivos. Finalmente se ofreció un informe cualitativo y no cuantitativo y se nos dijo que toda la información estaba en la pagina de My Rotary, varios de los socios interesados en el tema investigaron sin encontrar nada a la vista. En el caso de la subvención de microcréditos fue algo similar.

Es importante mencionar que uno de los integrantes del “Consejo” y que manejó los recursos de la subvención de salud discrecionalmente a su favor, es la misma que amenazó de muerte a la socia que se dio de baja.

Para nosotras, ser rotarias fue algo muy bonito, poder servir y hacer amigos, ya que Rotary es una organización de cual nos enamoramos por su filosofía y valores y fue un honor poner al servicio de esta bella Institución nuestra experiencia, nuestro tiempo y nuestros recursos humanos, materiales y económicos para contribuir en el logro de sus objetivos, asistiendo a todos los eventos a los que fuimos convocadas, por ejemplo a los eventos organizados por el distrito, hecho que tampoco agradó a los integrantes del “Consejo” debido a que tienen diferencias personales con otros integrantes de otros Clubes o del Distrito.