Clases de ballet dan algo de alivio a niñas ucranianas en medio de la guerra
JÁRKIV, Ucrania (AP).- En un estudio de danza que sirve también de refugio antibombas en el noreste de Ucrania, las niñas practican en sus tutús rosados.
Mientras suena una música clásica, las niñas de 9 años brincan y se estiran. Ocasionalmente se portan mal, lo que provoca un reproche de la instructora, Marina Altukhova.
El Estudio de Ballet Princesa es un espacio espartano y sin ventanas debajo de un complejo residencial, pero al menos por una hora, la clase de ballet ofrece liviandad y distracción de los horrores cotidianos acaecidos en la ciudad nororiental de Járkiv.
Los recordatorios de la invasión rusa están por doquier: los edificios reducidos a escombros, las constantes sirenas de los vehículos de emergencia. Al practicar en un refugio subterráneo, las niñas pueden seguir bailando, incluso cuando suenan las alertas antiaéreas.
La propietaria del lugar, Yulia Voitina, ha hecho lo que puede para darle un tono ligero al lugar: zapatillas rosadas guindadas de la manilla de una puerta, un sillón para que los padres esperen cómodamente a sus hijas.
Altukhova instruye a las niñas a hacer un plié, y las aprendices doblan las rodillas contemplándose en el espejo para asegurarse de que lo hacen bien. Al compás de la música, también les enseña a estirar los pies y subir los brazos.
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