Un avión aterrizó con el morro (nariz) destrozado por trozos de hielo que le impactaron cuando descendía hacia la pista de aterrizaje en Viena, capital de Austria.

Una tormenta de granizo envolvió a la aeronave y gracias a la pericia de los pilotos el avión se posó sobre la pista de aterrizaje sin nadie muerto ni herido.

Las autoridades aeroportuarias movilizaron ambulancias y equipos de rescate y bomberos en la pista para recibir al avión.

INTENSA TORMENTA

Una intensa tormenta de granizo causó destrozos en el morro de un avión Airbus SE A320 que aterrizaba en Viena, la capital austríaca y una de las ciudades más bellas de Europa.

El fenómeno fue de tal violencia que destrozó la nariz de la aeronave, dobló la parte superior de la cabina y agrietó los cristales del parabrisas, lo que dificultó la visibilidad de los pilotos y llevó a declarar el aterrizaje en emergencia.

Los 173 pasajeros y seis tripulantes resultaron ilesos gracias a la pericia de los pilotos.

Una de las pasajeras relató que la tormenta de granizo duró de dos a tres minutos, tiempo suficiente para provocar los graves daños en el avión.

Si hubiera sido por más tiempo, el avión habría tenido más daños y lo ocurrido pudiera haber sido peor, según expertos en aeronavegación.