KANASÍN, Yucatán.- El alcalde de Kanasín, Edwin Bojórquez, parece jugar con el Día de la no violencia contra la mujer, pues primero apapachó al beisbolista Randy Arozarena, alguna vez  procesado por violencia doméstica, y luego encabezó la marcha del Día Internacional de combate a la violencia contra las mujeres.

Vaya desliz del regordete alcalde. Al parecer sus asesores andaban llorando por las derrotas del PAN en Izamal y Chichimilá y no lo aconsejaron bien. 

De todos es sabido que el talentoso beisbolista cubano está «apestado» por su violento comportamiento contra una joven yucateca con la que tuvo una hija.

La violencia se extendió a su pequeña hija, incluso alardeó que podía incluso matar a la menor, porque es su hija y puede hacer con ella lo que quiera.

Muy recordado es el episodio que protagonizó Randy cuando fue escandalizar con su pareja colombiana a casa de la joven yucateca, a la que a la fuerza le arrebató a la menor.

En su momento Randy fue  de ser deudor alimentario y, en consecuencia, no debería recibir recursos públicos. 

Sin duda el alcalde Edwin Ramírez  incurrirá en un delito si el ayuntamiento de Kanasín decide pagarle a Randy Arozarena por algún proyecto o colaboración,  pues la ley es muy clara: ningún violentador y ningún deudor alimentario puede recibir recursos públicos.

En resumidas cuentas, Edwin Bojórquez da un pasito para adelante y dos pasos atrás en el combate a la violencia contra la mujer… y así no se puede avanzar.