Druidistas, paganos, hippies, turistas y curiosos se reunieron en el monumento megalítico de Stonehenge, a unos 120 kilómetros al suroeste de Londres, en Inglaterra, para ver y celebrar, cada uno a su estilo, el amanecer del solsticio de verano.

La reunión, que se da todos los años, hace de Stonehenge un polo turístico en Inglaterra.

Este evento natural, que ha sido celebrado en el sitio durante milenios, no deja de sorprender por la gran cantidad de gente que congrega.

Algunas de las enigmáticas piedras el monumento megalítico de Stonehenge, conocidas como “piedras azules”, fueron transportadas desde las colinas de Preseli, en Gales, a casi 240 kilómetros de distancia, mientras que la llamada “piedra del altar” proviene del norte de Escocia, a más de 700 kilómetros.

Unas 25,000 personas se congregaron sobre la llanura de Salisbury, según estimaciones de English Heritage, organismo que gestiona el lugar declarado Patrimonio Mundial.

Además de los presentes, más de 400,000 personas siguieron la ceremonia en vivo a través de una transmisión por internet.