Sergei Torop, un policía de Rusia que en 1989 tuvo la revelación de ser el Hijo de Dios, reencarnación de Jesucristo, pasó a predicar y reunir seguidores como “Jesús de Siberia”, pero acabó preso.

Con parte de sus fieles, que son 10,000 en todo el mundo, vivía en el asentamiento religioso “Ciudad del Sol”, en Siberia.

Junto a otros dos líderes de su secta, la Iglesia del Último Testamento, al llamado “Jesús de Siberia” se le condenó a 12 años de prisión por extorsionar a sus fieles y causarles daño.

Sergei Torop, ex policía de tráfico conocido por sus seguidores como “Vissarion”, que significa “el que da nueva vida”, y dos ayudantes utilizaron la presión psicológica para extraer dinero de sus seguidores y causarles graves daños en su salud mental y física, informó Reuters .

Sergei Torop, de 64 años, fundó la Iglesia del Último Testamento en una zona remota de la región siberiana de Krasnoyarsk en 1991, el año en que se disolvió la Unión Soviética y se dividió en diversas repúblicas, entre ellas la más poderosa, Rusia.