Lo "empastillan" en una cantina y se vuelve "torero"
Pena y preocupación causó este día un joven que «toreaba» vehículos bajo los efectos de las drogas, en el centro de Mérida.
Independientemente del espectáculo poco agradable que causó, el joven puso en riesgo su vida al caer en medio del pavimento justo en el momento en que pasaban dos vehículos cerca de él.
Tan drogado se encontraba que nunca pudo dar su nombre y se mantuvo «dormido» cuando lo levantaron y se lo llevaron los policías.
De acuerdo con los datos recabados en el lugar de los hechos, a las 14 horas, en la calle 62 entre 65 y 67, el sujeto apareció en esa arteria con espuma en la boca, al parecer luego de haber salido de una cantina del rumbo.
De acuerdo con los datos recabados en el lugar de los hechos, a las 14 horas, en la calle 62 entre 65 y 67, el sujeto apareció en esa arteria con espuma en la boca, al parecer luego de haber salido de una cantina del rumbo.
Dando tumbos, el joven se colocó en medio de la calle, donde comenzó a torear vehículos en su intento por atravesar la arteria.
Los transeúntes no pudieron hacer nada más que gritar y observar cuando el joven se desplomó en la vía pública y estuvo a punto de ser arrollado por dos vehículos que pasaban.
Unos jóvenes se acercaron para auxiliarlo, mientras otros advertían a los guiadores sobre el cuerpo para evitar que lo atropellaran.
Así fue como durante un buen rato, el joven quedó “noqueado” a las puertas de la terminal Autoprogreso, hasta donde llegaron paramédicos y policías municipales, quienes lo examinaron y señalaron que presentaba intoxicación con paicotrópicos, es decir que estaba «empastillado», aunque se desconoce si se le pasó la dosis o si fue víctima de alguna mesera abusiva de las cantinas del primer cuadro.
Los transeúntes no pudieron hacer nada más que gritar y observar cuando el joven se desplomó en la vía pública y estuvo a punto de ser arrollado por dos vehículos que pasaban.
Unos jóvenes se acercaron para auxiliarlo, mientras otros advertían a los guiadores sobre el cuerpo para evitar que lo atropellaran.
Así fue como durante un buen rato, el joven quedó “noqueado” a las puertas de la terminal Autoprogreso, hasta donde llegaron paramédicos y policías municipales, quienes lo examinaron y señalaron que presentaba intoxicación con paicotrópicos, es decir que estaba «empastillado», aunque se desconoce si se le pasó la dosis o si fue víctima de alguna mesera abusiva de las cantinas del primer cuadro.
En ocasiones, las meseras suministran pastillas psicotrópicas a los clientes para que pierdan la conciencia y les inviten más copas o robarles de alguna otra manera.
Un transeúnte dijo que lo conocía y que acudiría a avisarle a su hermano que se encontraba cerca, pero los agentes lo subieron a la cama de la camioneta 333 para llevarlo a resguardar al edificio de la PMM.
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