Tras 29 años de maltrato, envía al penal a su marido
Juan Jasso Argumeda fue enviado al penal, acusado del delito de violencia familiar que le imputa su esposa Lydia Laucirica Guanche, quien denunció que durante 29 años fue víctima de maltratos físicos y psicológicos a manos de su marido.
El sujeto, de 57 años y oriundo de Torreón, Coahuila, fue detenido en cumplimiento de una orden de aprehensión que dictó el Juez Séptimo Penal.
El individuo es vecino del fraccionamiento Los Héroes y, conforme a lo que señaló su esposa al interponer la denuncia en mayo del presente año, hacía 29 años estaba casada con el coahuilense, y que las agresiones comenzaron desde ese entonces cuando ella tuvo que renunciar a su plaza como maestra a solicitud de su esposo que le decía que pasaba demasiado tiempo fuera de casa.
Durante ese tiempo, la pareja tuvo cinco hijos, de los cuales ya todos son mayores de edad actualmente, aunque tres aún viven con ella, señalando que el sujeto se negaba a que ella trabajara, mostrándose con escenas de celos y responsabilizándola de situaciones irreales, ejerciendo violencia verbal y humillaciones.
Al cumplir cinco años de casados las agresiones pasaron a ser físicas, llegando a golpearla con los puños en el rostro y fracturándole la nariz en una ocasión, además de que constantemente la amenazaba con quitarle a sus hijos y llevárselos a Torreón.
La fractura de la nariz dio inicio a una serie de agresiones físicas y vejaciones en que el sujeto la golpeaba con la hebilla de un cinturón, le arrojaba todo tipo de objetos que estaban a su alcance, llegando a fracturarle una costilla, hasta que uno de sus hijos de 22 años comenzó a defenderla y el sujeto evitaba golpearla cuando el joven estaba, aunque continuaba amenazándola de muerte.
Relacionado con esto, la denunciante señaló que en una ocasión recibió una llamada de una mujer con la que su esposo había tenido un amasiato, misma que le advirtió que tanto ella como sus hijos estaban en peligro, señalando que ella había tenido que escapar después de una golpiza, escondiéndose en otra dirección, aunque por el celular seguía recibiendo amenazas por parte del sujeto al que calificó como “psicópata”.
Comentarios recientes