Detienen a 'cerillito' de la tercera edad por abuso de confianza
El «cerillito» septuagenario Manuel Alberto Rosado Ramírez (a) “Don Guido» fue detenido por haberse quedado con un lote de alhajas que le dieron para reparar.
Admitió la acusación, pero aclaró que no se quedó con todas las alhajas como aparece en la denuncia.
Además, dijo que las llevó a su casa a reparar y ahí se las robaron.
“Don Guido» fue detenido en cumplimiento de una orden de aprehensión obsequiada por el Juez Primero Penal por el delito de abuso de confianza equiparado, denunciado por Seydi Regina Sánchez M.
Se le capturó en la calle 57-B x 6 de la colonia Lázaro Cárdenas.
La afectada dijo que conoció a “Don Guido” en un supermercado donde laboraba como “cerillito” en diciembre de 2011.
Como era amable, se ganó su confianza y él le dijo que a sus 73 años se dedicaba a trabajar alhajas de plata.
Ella le comentó que tenía algunas alhajas que necesitaban ser reparadas, por lo que acordaron que él iría a su casa para trabajarlas.
En febrero de 2012, ella le dio un pulso de oro tipo cartier, un crucifijo y una esclava de oro, además de una medalla religiosa.
Quedó en regresar las alhajas en una semana, pero no cumplió nunca, por lo que fue denunciado.
Familiares del anciano buscaban llegar a un arreglo con la denunciante.
Admitió la acusación, pero aclaró que no se quedó con todas las alhajas como aparece en la denuncia.
Además, dijo que las llevó a su casa a reparar y ahí se las robaron.
“Don Guido» fue detenido en cumplimiento de una orden de aprehensión obsequiada por el Juez Primero Penal por el delito de abuso de confianza equiparado, denunciado por Seydi Regina Sánchez M.
Se le capturó en la calle 57-B x 6 de la colonia Lázaro Cárdenas.
La afectada dijo que conoció a “Don Guido” en un supermercado donde laboraba como “cerillito” en diciembre de 2011.
Como era amable, se ganó su confianza y él le dijo que a sus 73 años se dedicaba a trabajar alhajas de plata.
Ella le comentó que tenía algunas alhajas que necesitaban ser reparadas, por lo que acordaron que él iría a su casa para trabajarlas.
En febrero de 2012, ella le dio un pulso de oro tipo cartier, un crucifijo y una esclava de oro, además de una medalla religiosa.
Quedó en regresar las alhajas en una semana, pero no cumplió nunca, por lo que fue denunciado.
Familiares del anciano buscaban llegar a un arreglo con la denunciante.
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