Noche de infierno, de posesión demoníaca… y de disfunción eréctil

Una noche de infierno vivió la menor M.D.X.G., quien vio entrar a su cuarto al «diablo» metido en el cuerpo de su padre y trató de violarla en tres ocasiones, pero en igual número de veces el «demonio» sufrió disfunción erectil y no pudo consumar el ultraje.
Frustradas sus «satánicas» intenciones por falta de fuego, al «kisin» no le quedó más remedio que calmarse y pedirle a la menor, de 17 años de edad, que no dijera nada.
Pensando que la había convencido, el «maligno» la dejó libre, lo que aprovechó la adolescente para salir de la casa y pedir ayuda a su hermano que trabaja cerca y entre los dos informaron de lo sucedido a su madre.
Convencidos los tres de que la historia del «diablo» eran nada más patrañas del violador para escapar de su responsabilidad, interpusieron una denuncia, la cual continuó su curso y el sujeto, identificado como Jorge Iván Xool Zapata, fue detenido por la policía, que tampoco creyó en la historia del poseído por el demonio, y el individuo puesto a disposición de las autoridades judiciales.
A la que tampoco convenció la historia del satanás convertido en violador fue a la jueza Primero de Control del Centro de Justicia de Mérida, Suemy del Rosario Lizama Sánchez, quien vinculó a proceso a Xool Zapata, acusado de violación en grado de tentativa en agravio de su hija de 17 años, a la que en tres ocasiones trató de ultrajar, sin resultados, porque no pudo tener erección.
Como medida cautelar, se determinó prisión preventiva en su contra por seis meses que concluye el 25 de abril del 2015.
Se fijó un plazo de tres meses para el cierre de la «demoniaca» investigación.

Aquella noche de infierno…

De acuerdo con el expediente, el 21 de octubre Zapata Xool estaba en su domicilio ubicado por el rumbo de San Sebastián. Había ingerido bebidas embriagantes y en la casa solo estaba su hija de 17 años, a la que pidió de comer. 
Un poco después entró al cuarto de la menor y, machete en mano, le ordenó que se quitara la ropa. Incrédula, la mucha levantó aterrada la vista y en ese momento el sujeto le arrebató el celular que tenía en la mano. Cuando ella se acercó a recoger el teléfono, el indiciado se le fue encima y la arrojó sobre una cama.
Aprovechando su fuerza, la besó en los senos y la tocó en varias partes del cuerpo, lo que hizo que se paralizara la menor, que por el susto no podía articular palabra.
Al percatarse que iba a gritar, Xool Zapata le lanzó dos puñetazos en el rostro, pero no alcanzó a darle porque el sujeto se encontraba muy borracho y la menor esquivó los golpes.
Acto seguido, la sometió con una mano y casi la asfixiaba mientras le quitaba la ropa interior y trataba de penetrarla, lo que no pudo lograr porque el individuo no alcanzó a tener erección.
Frustrado, empezó a llorar y a pedirle perdón a su hija y de nueva cuenta trató de penetrarla, sin resultados, diciéndole que no era él, sino el «diablo».
En una tercera ocasión trató de ultrajarla y falló de nuevo, motivo por el cual le pidió que no dijera nada a nadie, y pensando que la había convencido la dejó libre, lo que aprovechó la agraviada para salir de la casa y pedir ayuda.