Dejaba a sus hijas solas mientras ella se divertía con hombres

Una tras otra, Guadalupe Acosta Jiménez dio muestras de ser una «madre amorosa». Primero fue acusada de dejar a sus hijitas de 8 y 4 años solas en una casa, donde las encerraba y se iba sin dejarles comida.
Posteriormente, cuando intervino la Promedefa y las menores fueron llevadas al Caimede, iba a verlas de vez en cuando pero luego dejó de hacerlo completamente.
También se le acusa de realizar fiestas en su casa a las que iban solo hombres, hecho que fue corroborado por los vecinos.
De acuerdo con el expediente, Guadalupe Acosta Jiménez, quien dijo que «arregla casas» para sobrevivir luego de que la abandonó su esposo, fue detenida y enviada al penal acusada de abandonar a sus hijas, a las que dejaba solas y sin comer en una casa del fraccionamiento Residencial Pensiones.
Fue detenida en cumplimiento de una orden de aprehensión que emitió el Juez Primero Penal por los delitos de violencia familiar y abandono de persona en agravio de las menores F.Y.K.A. y A.V.K.A, que denunció el hermano de la mujer, Felipe de Jesús Acosta Jiménez, y Joel Arturo Sosa Ku, del jurídico de la Prodemefa.
El drama de las niñas se descubrió el 5 de enero de 2013, cuando vecinos de Residencial Pensiones se comunicaron a la Prodemefa para decir que en un predio del rumbo estaban encerradas dos niñas que estaban llorando porque estaban solas y tenían mucha hambre.
Se rescató a las infantes y se les envió al Caimede, donde dijeron que su mamá las dejó de llevar a la escuela porque dejó de pagar. En consecuencia, la mayor se hacía cargo de su hermanita. También señalaron que ese día su madre salió a buscar una casa en renta porque pensaba mudarse.
Cuando fue a rescatarlas el tío, salieron a relucir una serie de fotografías en las que se veía a la mujer departiendo en la vivienda con varios hombres.
En declaración preparatoria, la mujer señaló que “arregla casas para sobrevivir”, porque el padre de las menores la abandonó “y por eso dejaron de estudiar, porque ya no tenía dinero”.
Afirmó que sus hijas no se quedaban solas, pues las cuidaba una joven llamada  Vanesa, que es su sobrina, y una amiga de nombre Sheila.
Dijo que no las dejaba sin comer “y las fiestas las hacía en mi casa o en la de una amiga, y eran con motivo de celebrar algún acontecimiento importante, pues iban algunas parejas”.
Mencionó que cuando se llevaron a sus hijas de vez en cuando las iba a ver al Caimede, pero dejó de hacerlo porque empezó a amenazarla su hermano, que es muy violento, y las puso en su contra.
Los vecinos le dieron la puntilla, pues expusieron que eran comunes las fiestas escandalosas en esa casa y solo se veía a hombres.