El chikungunya, más efectivo que las campañas antialcohol
El chikungunya ha logrado lo que muchas campañas antialcoholismo no han podido hacer en los empobrecidos municipios de Yucatán: reducir el consumo de bebidas embriagantes y disminuir la afluencia a las cantinas.
La fiebre que ha golpeado a gran parte de la población en las comunidades rurales no ha distinguido a niños, mujeres y hombres, en particular estos últimos que son los más adictos a las bebidas embriagantes.
Entre las recomendaciones para quienes se enferman de chikungunya está la prohibición del consumo de bebidas embriagantes durante un período de tres, seis, siete y hasta 12 meses, aunque en realidad esto es una leyenda urbana porque la enfermedad no daña el hígado como se hace creer.
Un ejemplo de la disminución en el consumo de bebidas embriagantes es Tzucacab, donde el consumo de bebidas alcohólicas bajó hasta un 70%, en gran medida porque los bebedores se enfermaron de la fiebre chikungunya y ahora se cuidan de no consumir bebidas con alcohol.
De acuerdo con datos proporcionados por la Policía Municipal, en septiembre se registraron 20 detenciones por problemas relacionados con el alcoholismo y varios reportes de incidentes con personas ebrias.
En lo que va de este mes sólo hay tres detenidos por problemas derivados del consumo de alcohol, el municipio está tranquilo y se calcula que este mes bajó un 70% la venta de bebidas embriagantes.
Muchos bebedores incluso dicen que ya no toman porque se enfermaron de chikungunya, y prefieren abstenerse para no arriesgar su vida, ya que temen que el alcohol les genere la muerte.
Médicos yucatecos han confirmado que se puede beber alcohol desués de la enfermedad y que la confusión se debe a que para tratarse el mal se receta paracetamol y el consumo prolongado de este medicamento puede causar daños al hígado, aunque tomarlo durante una semana no causa ningún problema, a menos que ese órgano ya esté dañado.
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