Comunidad maya reduce suicidios gracias a que los entierra boca abajo

En medio de la ola de suicidios, una pequeña comunidad maya de Yucatán parece tener la fórmula para frenar estas muertes tan comunes entre los descendientes de la antigua cultura mesoamericana.

En el poblado de Pencuyut, perteneciente al municipio de Tekax, desde hacía 50 años que no se registraba un suicidio, hasta que ahora ocurrió el caso de una joven madre de apenas 20 años, quien dejó en la orfandad a dos niños pequeños.

De acuerdo con pobladores antiguos de la comunidad, el último que se había suicidado fue un hombre conocido como Jacinto Chan, quien fue enterrado boca abajo para evitar que «jalara» a más gente y terminara suicidándose como él.

El método tuvo éxito, porque en Pencuyut nadie se suicidó durante cinco décadas, hasta ahora que Elsy Aracely Nic Collí, de 20 años y oriunda del vecino municipio de Akil, se quitó la vida ahorcándose en el travesaño de la humilde casa donde vivía desde hace unos meses con su suegra, Narcisa Caamal Aké.

La joven estaba casada Russel Javier Xool Caamal, quien viaja quincenalmente a su trabajo a la Riviera Maya.

Narcisa Caamal descubrió el cadáver cuando fue a llamar a su nuera al ver que no se levantaba.

A la occisa le sobreviven dos hijos, un niño de cinco años y una niña de tres.

Aunque probablemente no sea enterrada en Pencuyut, se mencionó que la joven podrían ser sepultada boca abajo, a fin de que no «jale» a ninguno de sus familiares.