A solicitud de la Fiscalía General del Estado, la autoridad judicial dispuso la exhumación del cadáver del ex bombero Enrique G. Ortiz Padilla, ultimado en su domicilio del fraccionamiento Las Américas a principios de febrero pasado.
La exhumación se hará para obtener un perfil genético de la víctima, tratar de encontrar rastros en las uñas de las manos, toda vez que pudo haber rasguñado a uno de su verdugos.
En audiencia celebrada este lunes, la juez de control Elsy del Carmen Villanueva Segura accedió a la solicitud del fiscal de realizar la exhumación a fin de lograr uno de los objetivos del proceso, que es el esclarecimiento de los hechos.
La fiscal realizó la petición con motivo de extraer una pieza ósea para obtener un perfil genético.
A esta solicitud no se opuso la víctima indirecta, ni su asesor jurídico, tampoco el imputado y su defensa.
La juez Lizama Sánchez corroboró que la solicitud se encuentre dentro del marco legal y al no haber oposición fundada accedió a la solicitud de la fiscal.
Sin embargo, se tienen que obtener permisos de la Secretaría de Salud, Ayuntamiento de Mérida, administración de cementerios, e
ecétera.
Por este crimen se detuvo al instructor de baile Manuel Jesús Burgos Conrado (a) “Chucho” y al adolescente Ricardo Daniel Herrera Martínez, aunque éste enfrenta proceso ante otra autoridad por ser menor de edad.
El pasado 6 de febrero, el menor y el instructor de baile se vieron en la Plaza Grande y acordaron ir a fumar mariguana a casa de la pareja sentimental del adolescente, es decir de Enrique Ortiz, que era un ex bombero pensionado.
Fueron a la casa, en la calle 76 entre 57 y 57-B del citado fraccionamiento, donde después decidieron robarle y al llegar el bombero, lo o sometieron y ataron de pies y manos.
Luego se apoderaron de una laptop, tarjetas de la pensión del ahora occiso, ropas y zapatos.
Lo estrangularon con una corbata, porque sabían que si lo dejaban vivo, los denunciaría por el robo.