Bonanza del pepino de mar lleva alcohol y prostitución a los puertos yucatecos

Con la temporada de pepino de mar los puertos yucatecos viven una bonanza que se refleja en diversos sectores.

Las ganancias de hasta cinco mil pesos al día que llegan a obtener los pescadores y de hasta 800 pesos en el caso de las personas involucradas en el procesamiento del producto propicia que haya intenso movimiento en los puertos desde Celestún hasta El Cuyo.

Las tiendas de abarrotes no paran de vender, lo mismo que otro tipo de comercios, pues muchas familias aprovechan para comprar artículos que en otras épocas no pueden.

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Lamentablemente las cantinas y los expendios de bebidas embriagantes parecen ser los más que más se benefician de esta bonanza temporal, que abarca 10 días contados a partir del viernes de la semana pasada.

Otro punto negativo es el aumento de la prostitución, pues aprovechando que los pescadores «tienen dinero», se trasladan a los puertos mujeres «de la vida galante» dispuestas a que les toque algo de esa bonanza.

Sin embargo, no son las únicas que llegan, pues como publicamos el año pasado, como si fueran modernas Adelitas o rieleras de la Revolución Mexicana, cientos de mujeres acompañan a los pescadores de pepino de mar durante las temporadas de captura en los puertos yucatecos.

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Estas mujeres desempeñan diversas actividades, como ayudar en la descarga del pepino de mar, lavar las embarcaciones e incluso acompañar a los pescadores cuando quieren desestresarse en bares y cantinas.

Algunas de ellas llegan de municipios cercanos a los puertos e incluso de ciudades como Mérida, Motul y Campeche para ejercer la prostitución, aprovechando que los pescadores obtienen buenas ganancias y pueden pagarles por sus servicios sexuales.

Pero también estas mujeres ­conocidas como las gaviotas­ se han visto inmersas en hechos delictivos que involucran a los pepineros.