Diputado yucateco bachea, ilumina un parque y hasta baila zumba

Además de la renovación del piso, el diputado federal Francisco Torres Rivas también dispuso la iluminación del área donde bailarinas de zumba hacen ejercicio en la colonia Esperanza.
Por este motivo y debido a que el Ayuntamiento de Mérida no las apoyó en sus requerimientos, las bailarinas autodenominado a ‘las gordibuenas’ dieron recibimiento de héroe a ‘Panchito’ Torres cuando acudió este fin de semana a esa colonia a entregar las obras.
En medio de aplausos y porras, el legislador fue el invitado especial de la primera clase de zumba en esta nueva etapa, por lo que a ritmo de salsa realizó 20 minutos de ejercicio con las mujeres, quienes le agradecieron por el apoyo, ya que ahora tienen un área adecuada, con iluminación y con contactos eléctricos para que las personas puedan conectar sus equipos de sonido u otros que requieran.
Llama la atención el recibimiento al diputado, pues esa colonia y los fraccionamientos aledaños como Jardines Miraflores y Wallis, son considerados como ‘panistas’.
Pese a ello, como hemos infcormado ampliamente, el alcalde de Mérida, el panista Mauricio Vila, no apoyó al grupo de mujeres que se ejercita en ese parque y que le pedían ‘bacheara’ la ex pista de patinaje, a la que fueron enviadas tras ser expulsadas por futbolistas con los que compartían espacio en la ex cancha de tenis.
Y Vila no sólo no las apoyo, sino que presumió como suya las obras realizadas por ‘Panchito’.

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Durante su visita al parque, las señoras reconocieron el trabajo que realiza Francisco Torres Rivas en toda la ciudad, especialmente en esta zona oriente de Mérida, que es considerada el corazón del Distrito, y le agradecieron que siempre esté pendiente de las necesidades.
Anteriormente Torres Rivas hizo otros trabajos en el parque de la Esperanza, pues reparó el piso de la cancha donde juegan futbol rápido, la dotó de iluminación y reconstruyó las gradas.
Como colofón, las ‘gordibuenas’ pusieron al legislador a bailar zumba con ellas y, entonces, a «Panchito» no le quedó más remedio que aceptar, a pesar de que estaba llegando de hacer talacha de limpieza en una comisaría de Mérida y se le veía algo agotado.

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