Tenía crack para todo un ‘after’ y aún así ya está de nuevo en la calle

Más de 240 dosis de crack no fueron suficientes para que el narcopescador Rigoberto Rosado Euán pasara una buena temporada en prisión.

El sujeto, oriundo y vecino del puerto de Celestún, fue sentenciado por medio de un procedimiento abreviado a siete meses de cárcel, canjeables con el pago de una módica multa y de nuevo estará libre sin ningún apuro.

El mininarco ni siquiera pisó la cárcel, pues contó con un abogado particular que lo liberó enseguida.

El Juzgado Primero de Umán lo encontró culpable del delito contra la salud en su modalidad de narcomenudeo en la variante de posesión simple de cocaína.

De acuerdo con la carpeta de investigación, el pasado 27 de enero, aproximadamente a las 8:50 de la noche, Rosado Euán transitaba en una motocicleta sobre la calle 10 con 11 de Celestún y al notar la presencia policial aceleró la marcha, incluso se voló un alto.
Fue detenido metros más adelante y al ser interrogado respondió de manera agresiva, pero luego accedió a que se le revise y puso a la vista una bolsa de nylon transparente, la cual contenía 243 envoltorios de crack.