La costumbre que tienen policías municipales de «perder» a borrachitos que se encuentran en las calles quedó en evidencia en Valladolid.

Hace unos meses denunciamos que en Oxkutzcab las autoridades municipales realizan una operación de limpieza de teporochos que pululan por las calles de esa comunidad.

Vecinos dicen que están de acuerdo con que la policía retire de las calles a los borrachines, pero no aprueban el método que utiliza la policía municipal, que consiste en detener a los teporochos y llevarlos a otros municipios, donde los abandonan a su suerte.

En el caso de Valladolid, como la cabecera municipal es mucho más grande que Oxkutxcab, los borrachines son llevados a las afueras de las ciudad o en caminos que llevan a comunidades cercanas, para que tarden varias horas e incluso días en aparecer.

Una usuaria de Facebook expuso una denuncia a la alcaldesa vallisoletana, Alfa Tavera, donde señala que fue a correr por el antiguo camino a Popolá y vio que agentes municipales tiraban a los ebrios a la vera del camino.

«La patrulla 7008 bajó y lanzó a este señor, aparte de violar sus derechos pondrían en peligro a las mujeres que pasan por ahí a hacer deporte. Luego de reportarlo, la misma patrulla regresó a buscarlo alegando que les dijo que vivía por ahí», expuso la usuaria.

En Oxkutzcab la gente denunció que patrullas recorren las calles buscando a los borrachines y una vez que los detienen los llevan a «tirar» a municipios como Akil, Maní o Tekax, distantes a varios kilómetros.

«Como si fueran animales que los llevan a tirar al monte, así se llevan a los borrachos, cuando lo que deberían hacer es meterlos a un albergue», señaló una vecina que desaprobó el «exterminio» de ebrios consuetudinarios.

Lo más grave, señalan testigo, es que los policías engañan a los borrachines, pues les ofrecen un jale y ellos con tal seguir embriagándose aceptan.