Miguelito, «El rey de los pastelitos’, más vivo que nunca

Luego de que fuera dado por muerto en redes sociales, «Miguelito, el rey de los pastelitos” toma de buen humor su ‘fallecimiento’ y aclara que está más vivo que nunca.

Sin embargo, también revela que está enfermo y que a sus 77 años pasa apuros para sobrevivir porque ya no tiene fuerzas para vender sus famosos pastelitos.

En charla con nuestro portal www.formalprision.com , Miguel Echeverría Ontiveros (su verdadero nombre) señala que vive del apoyo económico que le dan sus amigos de años y la gente que de alguna conoció a este popular personaje de las calles de Mérida.

Por este motivo, Miguelito recorre uno que otro sábado los sitios donde solía vender sus pastelitos para saludar a sus amigos, particularmente aquellos parroquianos de las cantinas más tradicionales de Mérida.

Curiosamente su ‘muerte’ reciente le ha traído buena suerte, pues algunas personas tomaron como cierto su deceso y al verlo ahora se sorprenden y le piden fotografiarse con ellas para que sus conocidos vean que está vivo y a cambio le dan monedas y billetes.

«Fue una equivocación (su muerte), aunque sí estoy enfermo y my cansado «reitera durante la charla.

También confiesa que está pagando la factura de los excesos que tuvo en su juventud, pues bebía y fumaba sin moderación.

En 1964, tuvo la fortuna de pegarle al ‘gordo’ de la Lotería Nacional, pero el dinero lo gastó en la parranda.

Recuerda que ganó $1 millón de esa época, con el billete número 60884, aunque era bastante dinero en ese entonces, lo fue gastando poco a poco en mujeres y alcohol.

En la charla, un conocido de Miguelito recordó que el yucateco fue invitado a Miami para participar en el programa Sábados Gigante, de ‘Don Francisco» pero en el aeropuerto no le dejaron pasar sus pastelitos, por lo que tuvo que ir sin ellos a contar su historia y a echar su grito de batalla «Que lloren niños, que lloren».

Miguelito el rey de los pastelitos”, forma parte de la historia del béisbol yucateco, donde durante décadas ofreció sus productos en la cueva de los Leones de Yucatán, acompañado de su ya famoso pregonar “Que lloren niños, que lloren”,

Finalmente, Miguelito reiteró que su muerte se debió a que su nombre fue ligado al de una persona fallecida en la ciudad capital y cuya esquela apareció en medios impresos, por lo que lo dieron por “muerto”.

Pero en realidad, el fallecido no era este conocido personaje, sino Miguel José de Jesús López Pacheco, quien era muy apreciado en los circulos religiosos de la iglesia católica en Mérida y a quien también le apodaban Miguelito.

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