Autoridades explican porque hay muchos mosquitos en Mérida

Ante la nube de mosquitos que se pasean por toda la ciudad, muchos meridanas se preguntan a qué se deben y de dónde salieron.
Aunque no han podido acabar la plaga, las autoridades explican que este insecto es un ‘mosquito playero’, nativo de la costa yucateca y que ha llegado a Mérida porque suelen viajar un promedio de 60 kilómetros de su hábitat natural.
En este caso, los mosquitos vienen de la zona de manglares, de Progreso, Chicxulub, incluso Chuburná.
Es de la especie Aedes taeniorhynchus, que no transmite dengue, chikungunya ni zika, pero que es muy molesto, como el culex, otro de sus parientes.
Además, una vez que es adulto vive cuatro semanas, por lo que en Mérida seguirá molestando si no se logra combatir a tiempo y si no se le ataca en su hábitat natural.
Llegó a la metrópoli debido a que tiene una capacidad de desplazamiento de hasta 60 kilómetros desde su hábitat natural en la región de los manglares.
Es un mosquito de coloración uniforme oscura, de tamaño mediano, fuerte y ágil.
Es un mosquito muy difícil de controlar debido a la forma en que se reproduce.
El Aedes taeniorhynchus evoluciona en 16 días aproximadamente y sus huevos son de color claro, alargados en números de 50 a 75 , depositados aisladamente en agua salobre en las cercanías de las costas y playas , en pantanos salados, zanjas poco profundas de agua salobre, agua de lluvia colectada en suelos que contengan sal común, en las cercanías de las costas , en las cuevas de cangrejos; aunque prefieren sus criaderos con agua salobre también pueden criar en agua dulce.
Carece de fotofobia y timidez, por lo que pica de día y de noche y ‘con ganas’.
Es un picador persistente que penetra en las habitaciones y un mosquito muy fuerte puede alejarse del criadero entre 50 o 60 Kilómetros, atacando preferiblemente a animales, pero si no hay otra opción se va contra la gente.
La única noticia buena es que cuando se encuentra picando es fácil aplastarlo, además de que realiza el vuelo sin desviaciones pronunciadas, por lo que se le puede seguir con la vista y ‘aplaudirle’.