Fallece polémico médico miembro de la ‘Clínica del Terror’
Después de breve dolencia, en días pasados falleció el Dr. Jorge Luis Chávez Acosta, polémico médico muy conocido en el Oriente de la ciudad.
El galeno, de 59 años, murió luego de sufrir un derrame cerebral.
Su clínica, ubicada en la calle 10 con 63-B de la colonia Cortés Sarmiento, fue cerrada desde que requirió de hospitalización la semana pasada.
Era originario de Tabasco, graduado como médico general con especialidad en niños y enfermedades de la mujer.
El Dr. Chávez Acosta era ampliamente conocido en varios puntos de la ciudad por innovar en las consultas económicas, cuando en la ciudad no había todavía consultorios del Dr. Simi.
De hecho, gente humilde de la periferia de Mérida y de poblaciones cercanas les llevaban gallos, pavos y gallinas en agradecimiento porque no les cobraba.
Entre las anécdotas que se cuentan de él figura que le regaló a su eterna secretaria una casa y año tras año le cambiaba su auto.
Sin embargo, estuvo envuelto en la polémica porque trabajó con su tío el Dr. Fernando Acosta en la Clínica Banrural-Peninsular, misma que hoy luce abandonada y que es motivo de una leyenda urbana que señala que en ese lugar se practicaban abortos y por ello hoy en día suceden supuestamente fenómenos paranormales en el edificio abandonado.
La leyenda urbana señala que en la Clínica del Terror se registran fenómenos paranormales, específicamente relacionados con el llanto de bebés, que pueden escucharse incluso desde afuera.
Se atribuyen los llantos a que ahí se realizaban abortos clandestinos.
Aunque nadie lo comprobó, de ‘vox populi’ se decía que ambos doctores practicaban abortos a jovencitas de todos los sectores de la sociedad meridana, incluyendo a los más pudientes.
La polémica le acompañó cuando se desligó de su tío y abrió si clínica a dos cuadras de la de su pariente, pues mucha gente conservadora seguía acusándolo de practicar abortos, incluso lo llamaban «El Espanta Cigüeñas».
Pese a ellos, vecinos de la zona y sus pacientes lo conocieron por su buena voluntad a la hora de cobrar, pues apoyaba a la gente de escasos recursos y sus consultas, que las inició a $20, las mantuvo por debajo de los $100, aunque sí conocía que el paciente tenía posibilidades económicas le cobraba más si no era su paciente frecuente.
Chávez Acosta también fue víctima de un sonado asalto cuando a principios de los años 2000 fue asaltado, golpeado y abandonado en montes que conducen a Umán, aunque la policía logró dar con los delincuentes, que resultaron ser conocidos suyos a los que invitó a una fiesta personal.
Su cuerpo fue incinerado en la funeraria La Piedad y las cenizas se depositaron en una cripta de la iglesia del Santo Niño de Atocha.
Serían tan amables de retirar esta publicación resulta un poco ofensiva para los que fuimos pacientes de toda la vida del Dr. Chávez y más si empiezan a inventar que pertenecía a una clínica del terror
Descanse en paz mi buen amigo y medico.