El diputado Liborio Vidal rindió anoche su informe legislativo en un formato que se anunció como novedoso (a través de un enlace directo vía Facebook), pero a final de cuentas resultó la misma gata solo que revolcada, pues todo se trató de un escenario montado, con preguntas a modo y decenas de comentarios de paleros.

El Amigo Libo, como le gusta que le digan en un afán de darse baños de pueblo, se vio por demás acartonado y resultó ser muy mal actor para desempeñar un mal papel que no le va como un consumado usuario de las redes sociales.

El «coox-virado» de Libo respondió a 11 preguntas ensayadas. Todas versaron sobre los temas que maneja en redes sociales, como la «donación» de su sueldo y su cuestionada cacería de pokemones.

Por más que se esmeró, Libo no pudo pasar como político auténtico, como un político con imagen refrescada. Se quedó en lo mismo.

Quizás el formato fue novedoso, pero las mañas fueron las mismas: preguntas a modo, miles de bots paleros y un candidato que no convenció a nadie de que es un político renovado, de vanguardia, honesto y cercano a la gente.