En un intento por rechazar las acusaciones en su contra, Martín Alberto Medina Sonda solicitó el registro de las llamadas que ha hecho del penal de Villahermosa.
Este registro corresponde al teléfono de la prisión en la que se encuentra, pues, según dijo, no se le permite usar otro.
Esta es la ‘prueba reina’ que ha ofrecido Medina Sonda desde que se le acusó como el autor intelectual de la muerte de su esposa.
El 18 de abril del 2017, a través de un escrito, solicitó al director del reclusorio de Villahermosa el registro de llamadas y grabaciones desde el teléfono de llamadas restringidas.
También pidió que se informe si durante las revisiones y cateos a su celda se encontró algún aparato de telefonía.
Con ello busca demostrar que es falso que se haya comunicado con Rogelio César Reyes Barrueta, quien afirma que fue contactado por Medina Sonda para acordar que buscara a unas personas para «darle un susto» a la ex mujer del primero.
Durante su comparecencia ante el juez, a ravés de videoconferencia, Medina Sonda dijo que en 2008 se separaron y desde el 2012 no tuvieron comunicación, por lo que falso que haya intentado restablecer la relación con la señora.
Pese a las pruebas ofrecidas, el juez Luis Mugarte Guerrero encontró elementos suficientes para vincularlo por el delito de feminicidio agravado.
El juzgador dijo que no es que dude de la palabra del acusado, pero le recordó que desde los penales se han cometido delitos como extorsiones y secuestros, y se han hecho incluso usando teléfonos a los que se supone no tienen acceso los reclusos, de manera que el estar preso no es garantía de que no se puede volver a delinquir.
En este caso Reyes Barrueta ya aclaró que Medina Sonda lo contactó desde agosto para buscar rastrear el nuevo domicilio  de su ex mujer en Mérida y fue así como se fue planeando el crimen, perpetrado finalmente el mes pasado