Habitantes de Isla Arenas linchan a pescadores yucatecos
Un celestunense falleció y otro resultó malherido durante un ataque de pescadores de Isla Arena.
Aunque no están del todo claro los hechos, todo indica que los celestunenses fueron sorprendidos róbame motores en Isla Arena, lo que propició que pescadores del lugar prácticamente los lincharan.
Se habla incluso de disparos de arma de fuego, lo que propició ya la intervención de la Secretaría de Marina Armada de México.
Información difundida en Celestún indica que los hechos ocurrieron la madrugada de este domingo, cuando pescadores de Isla Arena supuestamente sorprendieron a los presuntos ladrones cuando habían cargaban un par de motores fuera de borda.
Intentaron huir, incluso dispararon armas de fuego, lo que alertó y encendió los ánimos en la población, de manera que los pescadores campechanos decidieron hacer justicia por su propia mano, hartos de los constantes robos de sus equipos de pesca.
Entonces golpearon a dos de los ladrones, identificados como Julio Caamal Pech (a) “Bola”, de 27 años, y J. D. M. R. (a) “Grillo”, de 16.
El primero resultó con golpes y una herida de bala en la pierna izquierda, por lo que fue ingresado a un hospital de Calkiní.
Mientras que “Grillo” resultó muerto y su cadáver fue encontrado a la orilla de la playa, justo a un kilómetro de la franja divisoria entre Campeche y Yucatán.
Se cree que fue ultimado en tierra firme y luego su cadáver arrojado al agua, en una zona conocida como conocida como “la Herradura”.
El cuerpo, a la altura de la cintura, tenía atada una soga.
En Celestún hay versiones que indican que otros dos ladrones lograron escapar.
Tras el hallazgo del cadáver, a Celestún arribaron efectivos de la Semar y la SSP, quienes se trasladaron a la “la Herradura”, ubicado a escasos mil metros del basurero del puerto yucateco para el levantamiento del cuerpo de “Grillo”, que fue reconocido por su padre Venustiano.
(La fotografía es del portal reporteroshoy.mx)
Duro contra esas pinches ratas
nadie lamentara la perdida de esa escoria y mal que no fueron todos