Un joven yucateco interno del Cereso de Chetumal fue asesinado con un palo de escoba presuntamente por su compañero de celda, un recluso que padece de sus facultades mentales.

El ahora occiso respondía al nombre de Alfredo Aguilar Pech, de aproximadamente 25 años de edad, apodado “Zorrito”, quien purgaba condena por robo.

Los primeros reportes indican que los hechos ocurrieron minutos antes de la una de la madrugada, en el área de psiquiatría, dentro de la celda número 4.

El cadáver presentó una herida punzocortante de bordes irregulares en el lado derecho del cuello, la cual fue ocasionada por el palo de escoba con punta irregular, misma que fue quebrada antes de ser utilizada.

La causa de la muerte fue un shock hipovolémico derivado de la herida punzocortante, ya que él palo le penetró en el cuello.

Todo se debió a una riña que sostuvieron los internos y en momento dado el presunto agresor, Victorino Chimal alias “El Vitorino”, asesinó al yucateco.

El presunto homicida es ininputable pues padece de sus facultades mentales.

Ingresó al centro penitenciario por un delito del fuero común y hace un par de años, miembros del grupo delictivo «Los Pelones» le quemaron los testículos con un encendedor y un aerosol para torturarlo, pero debido a la demencia que padece soportó el dolor y pudo pedir ayuda a tiempo.

Por su parte, el yucateco Aguilar Pech, se informó que fue detenido por los habitantes de un domicilio al que había ingresado para robar.

El sujeto fue sometido por Aurora Torres Calderón, de 60 años, quien lo sorprendió dentro de su cuarto.

Lo sometió y tiró al suelo, al mismo tiempo que pidió ayuda a uno de sus hijos, quien amarró al delincuente, para luego entregarlo a las autoridades.