Es un cotizado fotógrafo de guerra, pero en realidad no existe
El supuesto fotógrafo de guerra brasileño Eduardo Martins ha protagonizado un escándalo increíble en el mundo del fotoperiodismo, al descubrirse que robaba imágenes de otros ‘colegas’ y las declaraba suyas.
De esa manera el hombre logró engañar a muchos medios de comunicación, entre los cuales figuran ‘The Wall Street Journal’, ‘Le Monde’, ‘The Telegraph’, BBC y otros, que utilizaban ‘sus obras’ sin sospechar que era una farsa.
Martins, quien aseguraba haber combatido una leucemia infantil y viajar a lugares de conflictos bélicos y de tensión por todo el mundo como un «voluntario humanitario» de la ONU, publicaba fotos en su cuenta de Instagram y también las enviaba a diversas agencias especializadas, como, por ejemplo, NurPhoto. En Instagram el joven tenía más de 120.000 seguidores y en octubre de 2016 Recount Magazine incluso le hizo y publicó una entrevista.
Misteriosa figura a quien nadie había visto
Pero un día Natasha Ribeiro, periodista de BBC Brasil, notó algunas incoherencias en la historia de la carrera de Martins y se propuso averiguar más. En el marco de su investigación, descubrió que no había nadie que hubiera visto al fotógrafo en toda su vida: ni periodistas brasileños destacados en Irak, donde el joven aseguraba que trabajaba, ni autoridades o empleadores.
Cuando BBC trató de contactar con Martins, él solo respondió por WhatsApp, lo que también pareció sospechoso a los investigadores. Ningún organismo de la ONU confirmó la existencia del fotógrafo.
El único contacto que algunos colegas mantenían con el joven era por escrito, de modo que cuando este en algún momento desapareció, se preocuparon de que lo hubieran podido secuestrar los terroristas del Estado Islámico. Periodistas brasileños que trabajaban en Irak empezaron a tratar de encontrarlo, y así descubrieron que ya existían dudas respecto a la autenticidad del personaje.
Eliminando los cuerpos del delito
Una vez que le informaron directamente que se realizaba una investigación en torno a su persona, Martins procedió enseguida a cerrar su cuenta en Instagram y en un último mensaje de WhatsApp informó que se encontraba en Australia como parte de un viaje por el mundo.
Entre tanto, la investigación descubrió que al menos algunas de ‘sus obras’ habían sido robadas al fotógrafo estadounidense Daniel C. Britt, escribe PetaPixel. Para confundir a las agencias y medios de comunicación a los cuales quería engañar, el falso reportero gráfico revertía, recortaba y reflejaba las imágenes.
Personalidad completamente inventada
Sin embargo, no sólo fueron fotos lo que Eduardo Martins robó a otra gente. La apariencia física de un joven rubio de unos treinta años y amante del surf también fue robada por el estafador.
El joven cuyas ‘selfies’ Martins publicaba como suyas es un surfista británico de 32 años, Max Hepworth-Povey. Él asegura que se enteró de la situación cuando uno de sus amigos le contó que alguien «había robado su identidad» en Internet. (Actualidad RT)
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