Libra la clausura exclusivo bar para «hombres de negocio»

Pese a que varios de sus clientes fueron detenidos con droga y que se retuvo a la mayoría de sus meseras, sigue funcionando el Club 33 un bar exclusivo para caballeros en el norte de Mérida.

Trascendió que el negocio solo «perdió» a dos de sus extranjeras empleadas, quienes fueron remitidas  a la PGR luego de su detención durante el operativo del viernes.

De hecho, el sábado mismo abrió el negocio, aunque se observó baja asistencia y solo estaban cinco mujeres, ninguna de ellas retenidas un día antes.

Las cifras extraoficiales del operativo indica 12 mujeres retenidas y cuatro clientes, de los que dos extranjeras y un comensal fueron remitidos a la PGR por posesión de enervantes.

Las otras 10 mujeres fueron liberadas después de varias horas debido a que solamente incurrieron en faltas administrativas y luego de que el Instituto Nacional de Migración no halló nada irregular.

Y no lo halló porque las mujeres, oriundas de Colombia, Venezuela y Honduras, tenían permiso para estar en el país, más no para trabajar, pero como no se comprobó que estuvieran laborando en el sitio no se les revocó su legal estadía en el país.

Ellas alegaron estar en el sitio como clientes y no como empleadas y no hubo forma de probar lo contrario.

Sin embargo, ellas ya no retornaron al trabajo el sábado por temor a que el INM pudiera realizar una visita de inspección y las encuentre laborando, de manera que tampoco se espera que retornen pronto.

El Club 33 abrió hace un año con un concepto dirigido solo a “hombres de negocios”.

Como informamos, en el operativo del viernes participaron más de 15 unidades de la SSP, apoyadas incluso con una unidad del Grupo K-9, que llegaron fuertemente armados a la Avenida Líbano, donde se ubica el negocio.

Los perros entrenados para detectar sustancias prohibidas ‘marcaron’ a varios clientes, que al ser revisados les hallaron todo tipo de drogas, por lo que fueron detenidos.

También fueton inspectores de la Profeco, quienes se encargaron de revisar que las bebidas que se servían a los clientes no estuvieran adulteradas.