Un astuto y embustero ladrón  se apropió de la joya de un santo de la iglesia de Seyé.
El sujeto no solo se robó una cadena de oro de 10 kilates, sino que casi se llevar el cáliz de oro de la Iglesia, además de que estafó con $250 al párroco del templo.
Este osado ladrón, quien logró escapar y hasta ahora se desconoce su identidad, no usó la violencia para cometer sus fechorías, sino que se valió de artimañas y de la buena fe de los colaboradores de la Iglesia para apropiarse de dinero y de la alhaja.
Se informó que el ladrón llegó al pueblo y se apostó a la entrada de la iglesia mientras el  párroco Diego O’Horán Pech, de 85 años de edad, oficiaba misa.
Al salir el padre, lo abordó y le hizo plática, incluso lo acompañó a la casa cural.
Más tarde, regresó y le dijo a los integrantes del grupo apostólico que el padre lo envió para que le dieran el cáliz de oro, pues debía fundirlo para hacer uno más grande.
Los colaboradores dudaron, por lo que el sujeto sacó unas llaves que, según dijo, el padre le había dado para abrir el depósito del cáliz.
Sin embargo, nadie pudo abrir el candado, pero le ofrecieron un cáliz más pequeño que había en el lugar, aunque el sujeto no lo aceptó.
Entonces, el desconocido pidió que mejor le dieran la cadena de oro de San Bartolomé Apostol y aseguró que el candidato electo a presidente municipal de Seyé, Ermilo Dzul, le había pedido que fundiera la alhaja para hacer una más grande.
Un asistente de la iglesia le dio la alhaja tras usar una escalera para quitársela al santo.
Se retiró con la alhaja y hasta ahora no lo han vuelto a ver.
Los colaboradores de la iglesia hablaron con el sacerdote y le contaron lo sucedido y fue cuando el padre les dijo que él no había ordenado nada.
Admitió que lo habían timado también, pues el sujeto le pidió las llaves del lugar donde se guardan los objetos sagrados porque al sacristán se le habían perdido las suyas.
El sacerdote dijo también que le dio $250 porque el timador le dijo que no tenía dinero para regresar a Mérida.
La Policía Municipal realizó un recorrido para hallar al ladrón, pero no lo hallaron. (Acom)