De nueva cuenta, se determinó que sea sometido a valoración psiquiátrica el progreseño Reyes Jesús Alonzo Hoch, (a) «Tocanalgas”, quien en reiteradas ocasiones se ha visto envuelto en delitos de índole sexual.

Fue detenido el fin de semana pasado por quinta ocasión en el mes.

El juez de control de Progreso, Santos Alfredo May Tinal, dictaminó suspender el proceso que se le instruye por delito contra la salud, luego de que fuera sorprendido fumando un “churrito” de marihuana en calles del puerto.

La suspensión la dispuso a fin de realizar el dictamen correspondiente para determinar el estado mental del indiciado.

Ya antes, otro juez ordenó que Reyes Alonzo fuera valorado por médicos del Hospital Psiquiátrico Yucatán y los resultados fueron que estaba fingiendo, es decir «haciéndose al loco».

El “Tocanalgas” se ha convertido en un dolor de cabeza en Progreso y Chicxulub Puerto, por su conducta de acosar a niñas y mujeres, a las cuales no sólo persigue, la espía cuando se bañan o las manosea, además de a llegado a amenazarlas con armas.

En esta ocasión, el domingo 16 de septiembre pasado, fue sorprendido por elementos de la Policía Estatal de Investigación, alrededor de las 11 horas, en la calle 20 entre 27 y 29 de la colonia Benito Juárez en posesión de mariguana, misma que fumaba a vista y paciencia de las personas del rumbo.

Aunque los jueces lo han creído loco, la gente que lo conoce afirma que es astuto y finge ser un desequilibrado mental para aprovechar las lagunas del Nuevo Sistema de Justicia Penal.

En una ocasión, el juez Kenny Martins Burgos Salazar lo sentenció a tres meses de cárcel por el delito de abuso sexual con violencia.

El “Tocanalgas”, en otra ocasión, decidió someterse a un procedimiento abreviado y negociar una condena de un año y un mes de cárcel, misma que no cumplió, pues la canjeó por una garantía económica.

En marzo de 2016, los médicos del Hospital Psiquiátrico Yucatán determinaron que Reyes Jesús Alonzo no está tan enfermo como pretende hacer creer y que sí distingue entre lo correcto e incorrecto.

Fue valorado por los especialistas Raúl Alonso Avila Díaz y María del Carmen Rivera González que dictaminaron que tiene un trastorno de personalidad, pero que esto no le impide distinguir lo que es incorrecto y nocivo y que no le interesan las consecuencias de sus actos, además que consume marihuana, cocaína y alcohol.