Policías de la SSP detuvieron a Guillermo Couoh Chi, quien agredió salvajemente a su esposa, a la que incluso dejó inconsciente al lanzarle en la cara con un envase de cerveza tipo misil.

El sujeto también agredió a sus hijos y hasta el perro de la familia salió golpeado.

Hoy mismo fue puesto a disposición de la juez de control Ileana Georgina Domínguez Zapata, quien le impuso la presión preventiva cautelada por todo el tiempo que dure el proceso.

A Couoh Chi se le acusa de los delitos de violencia familiar (2) y lesiones calificadas.

De acuerdo con el expediente, el 8 de noviembre, aproximadamente a las 20:30 horas, Guillermo Couoh llegó a su casa de la calle 20-A carretera Temozón Norte, en la comisaría meridana del mismo nombre, donde vive con su esposa e hijos de 16, 15 y 14 años de edad, respectivamente.

Llegó ebrio y aporreó la puerta de la entrada para infundirles miedo a sus hijos, por lo que el más joven de los muchachos, que se encontraba en un cuarto con su madre, al escuchar el portazo le dijo a su progenitora que no se levantara y continuara durmiendo.

Pasados unos minutos, la mujer entre sueños escuchó los gritos de su marido que le preguntaba a su hijo de forma intimidante en dónde se encontraba su madre, contestándole el menor que estaba durmiendo y que no la molestara.

Esto no le agradó al sujeto que comenzó a discutir con su hijo y para desquitar su furia pateó al perro del menor, aventándolo varios metros hasta aporrearlo contra la pared..

La mujer decidió levantarse en atención que seguía discutiendo el sujeto con su hijo, quien empujó del pecho a su padre para que no se fuera encima de su mamá.

Sin embargo, el iracundo sujeto agarró una botella de cerveza de misil y se la lanzó a su hijo, quien logró esquivarla, al igual que su hermana.

La botella finalmente le dio en la cara a la señora, quien cayó al suelo y perdió el conocimiento unos minutos.

Al reaccionar escuchó a su hijo llorar y a su hija asistiéndola, para luego ser llevada y sentada en la puerta de la casa, siendo detenido luego el sujeto cuando llegó la policía a auxiliar.

Debido al «misilazo», a la agraviada se le produjeron lesiones que tardan en sanar más de 15 días con secuelas pendientes por valorar.