La asesinó de 44 cuchilladas por no complacerlo

Al ser presentado ante un juez, este jueves se reveló que el chiapaneco Alexander Castellanos González, de 21 años, asesinó a golpes y de 44 cuchilladas a la joven Mayra Rosalía Chan Tilán, cuyo cadáver fue hallado en días pasados en un taller mecánico de la colonia Francisco I. Madero.

La mató, según las investigaciones, porque ella se opuso a complacerlo sexualmente como él quería.

Ella era empleada doméstica de una casa del Country Club, pero alternaba ese trabajo con el de mesera de un bar de la colonia Bojórquez.

De hecho, ahí se conocieron y de ahí salieron para acudir al taller donde luego la asesinó el chiapaneco, quien se quedaba a dormir en ese lugar.

Hoy mismo, el sujeto fue imputado por el delito de feminicidio, luego de que se le detuviera ayer en Cancún, a donde huyó después del crimen.

La juez de control Elsy del Carmen Villanueva Segura decretó como medida cautelar en contra del chiapaneco prisión preventiva oficiosa por todo el tiempo que dure el proceso.

En el expediente se indica que el crimen fue brutal e inhumano, ya que la joven mujer presentó 5 heridas en el cráneo, 5 en el cuello, 3 en el tórax anterior, 18 en el tórax posterior, 1 en el abdomen, 10 en los miembros superiores y 2 en los inferiores.

A pesar de ello, no murió instantáneamente, sino que agonizó varios minutos hasta que falleció por la pérdida de sangre.

Se precisó que la ahora occisa tiene dos hijos menores de edad, que viven en Xaya, comisaría de Tekax, de donde ella es originaria. Se encontraba separada del papá de los infantes.

Para mantenerlos, se desempañaba como empleada doméstica en el Country Club, pero como el dinero no le alcanzaba, una de sus hermanas la recomendó para trabajar como mesera en el bar “La Isla”, de la colonia Bojórquez, donde desde cuatro meses atrás estuvo laborando los fines de semana.

En ese sitio, quince días antes, conoció al chiapaneco, quien la invitó varias copas, por las que recibía «fichas» que luego canjeaba por dinero con el dueño del bar, una práctica común en los antros de vicio donde hay meseras que ‘fichan’.

El sábado 8 de diciembre, le dijo a sus hermanas con ingresaría a su madre en Hospital O’Horán, pero por algún motivo la llevó a un albergue ubicado frente al nosocomio y se fue a trabajar al bar.

En la tarde llegó Castellanos González y la invitó a unas cervezas y más tarde el sujeto se retiró, pero regresó antes de la hora del cierre del lugar porque ya habían convenido verse al final de la jornada.

Ella ya estaba ebria por lo que una compañera de nombre “Mía” le dijo que tuviera cuidado al ver que se iba a ir con el sujeto, comentándole la ahora occisa que el chiapaneco le iba a pagar 700 pesos por estar un rato con él.

Al día siguiente, el propietario del taller, Pedro Solís, al pasar por el lugar, se dio cuenta que estaba abierta la puerta de acceso, de manera que se asomó y encontró desnuda, en medio de un charco de sangre, a la joven, por lo que de inmediato dio parte a las autoridades.

El chiapaneco huyó a Cancún, pero logró identificársele porque el dueño del taller dio datos sobre él, lo mismo que la mesera compañera de la ahora occisa.

El chiapaneco llevaba dos meses viviendo en el taller, ya que por recomendación de su patrón, Jorge Alejandro Poot Chacón, quien tiene un taller de herrería por el rumbo, le había dicho al dueño del deshuesadero que el joven podía quedarse ahí y servirle de vigilante, pues a últimas fechas hubo varios robos.