Un albañil de Villas del Prado en México, cavó un túnel subterráneo para visitar a su amante. Ambos personajes casados vivían a unos pocos cientos de metros uno del otro. Y así el hombre, para asegurarse de que nadie lo viera visitando a su amante, comenzó a trabajar en un túnel subterráneo que conectaría su casa con la de la mujer.

El túnel, que es estrecho y fuerte, era usado por el albañil principalmente de noche, cuando el marido de su amante trabajaba como vigilante nocturno.

 Sin embargo, un día, mientras estaban en el acto de la traición, el marido de la mujer regresó inesperadamente y los atrapó en el acto. El albañil trató de escapar de la furia del cornudo marido, tratando de entrar en el túnel, cuya abertura estaba bajo la cama.

El marido de la mujer, después de descubrir el pasaje secreto, decidió ver dónde terminaba. Al salir a la casa de su rival, éste le rogó que se callara, porque su esposa estaba en la habitación de al lado y no quería que se enterara de su escapada extramatrimonial. L

os dos llegaron a los golpes cuando, asustados por los gritos, la otra mujer, la esposa del albañil, decidió llamar a la policía, convencida de que había un ladrón en su casa.

 El albañil, sin embargo, tras la llegada de los agentes, es acorralado y confiesa su infidelidad. Una historia digna de los más famosos cárteles de la droga, que a menudo utilizan túneles para transportar sus cargas ilegales.