Píldoras contra COVID, la nueva alternativa de EU ante Ómicron
Desde que la variante de COVID-19, Ómicron, fue clasificada como “de preocupación” por la OMS, el gobierno de Estados Unidos ha implementado una serie de medidas restrictivas para evitar la propagación de dicho virus, aunque, este miércoles se confirmó el primer caso de la variante en el estado de California.
El plan que dio a conocer la Casa Blanca incluye la aplicación de vacunas a niños, la ampliación de pruebas gratuitas en el hogar, más protocolos de salud pública para viajes internacionales, protección en los lugares de trabajo, entre otros.
Además, se contempló el suministro de píldoras de tratamiento para ayudar a prevenir hospitalizaciones y muertes por la COVID-
Un comité de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó el suministro de monulpiravir, una nueva píldora antiviral frabricada por las compañías farmacéuticas estadounidenses Merck y Ridgeback Biotherapeutics.
Sin embargo, será hasta que todos los miembros de la agencia autoricen el uso del medicamento para que el molnupiravir se convierta en el primer tratamiento antiviral oral contra COVID-19 que podría ser usado en el hogar.
A la par, la FDA está examinando una segunda píldora antiviral, Paxlovid, de la compañía farmacéutica Pfizer, y pronto podría recibir la autorización.
Actualmente, los únicos tratamientos autorizados por la FDA para los pacientes con COVID-19 no hospitalizados son los anticuerpos monoclonales , que normalmente requieren una infusión intravenosa en un entorno clínico.
No obstante, las píldoras son más baratas de producir, más fáciles de distribuir y tomar.
¿Qué tan efectivas son estas píldoras?Según el análisis de datos de Merck, el molnupiravir reduce los riesgos de hospitalización y muerte en pacientes con COVID-19 en un 30% cuando las píldoras se inician dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas.
Sin embargo, la píldora parece considerablemente menos eficaz que el tratamiento con anticuerpos monoclonales, que reducen el riesgo de COVID-19 grave entre un 70% y un 85% .
Desde que la variante de COVID-19, Ómicron, fue clasificada como “de preocupación” por la OMS, el gobierno de Estados Unidos ha implementado una serie de medidas restrictivas para evitar la propagación de dicho virus, aunque, este miércoles se confirmó el primer caso de la variante en el estado de California.
El plan que dio a conocer la Casa Blanca incluye la aplicación de vacunas a niños, la ampliación de pruebas gratuitas en el hogar, más protocolos de salud pública para viajes internacionales, protección en los lugares de trabajo, entre otros.
Además, se contempló el suministro de píldoras de tratamiento para ayudar a prevenir hospitalizaciones y muertes por la COVID-
Un comité de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) recomendó el suministro de monulpiravir, una nueva píldora antiviral frabricada por las compañías farmacéuticas estadounidenses Merck y Ridgeback Biotherapeutics.
Sin embargo, será hasta que todos los miembros de la agencia autoricen el uso del medicamento para que el molnupiravir se convierta en el primer tratamiento antiviral oral contra COVID-19 que podría ser usado en el hogar.
A la par, la FDA está examinando una segunda píldora antiviral, Paxlovid, de la compañía farmacéutica Pfizer, y pronto podría recibir la autorización.
Actualmente, los únicos tratamientos autorizados por la FDA para los pacientes con COVID-19 no hospitalizados son los anticuerpos monoclonales , que normalmente requieren una infusión intravenosa en un entorno clínico.
No obstante, las píldoras son más baratas de producir, más fáciles de distribuir y tomar.
¿Qué tan efectivas son estas píldoras?
Según el análisis de datos de Merck, el molnupiravir reduce los riesgos de hospitalización y muerte en pacientes con COVID-19 en un 30% cuando las píldoras se inician dentro de los cinco días posteriores al inicio de los síntomas.
Sin embargo, la píldora parece considerablemente menos eficaz que el tratamiento con anticuerpos monoclonales, que reducen el riesgo de COVID-19 grave entre un 70% y un 85% .
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