A diferencia de los años recientes, en esta ocasión la ausencia de hechos violentos durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer permitió escuchar sin ruido las demandas de las demanda para vida libre de violencia contra la población femenina.

La del #8M2022 en Paseo de Montejo tuvo en esta ocasión tintes familiares, pues participaron niños y hasta adultos mayores en silla de rueda, que caminaron a la par de jóvenes activistas que exigían el fin del patriarcado.

Salvo el Monumento a los Montejo, que no se salvó de las pintas, en esta ocasión la noticia no fueron los destrozos o daños al mobiliario e infraestructura urbana.

Las demandas de las mujeres se escucharon con nitidez: que puedan caminar en las calles con seguridad y que esa seguridad la tengan también en casa, pues en Yucatán, a diferencia de lo que ocurre en otras partes de México donde los victimarios son sujetos desconocidos, los violentadores de mujeres son mayoritariamente hombres del entorno familiar.

También pidieron que haya seguridad en sus entornos laborales y en sitios como las universidades y escuelas de nivel medio superior.

En general demandas ya conocidas que solo falta que el gobierno las atienda, pero también que la sociedad comience a cambiar para que las mujeres puedan vivir en plenitud y sin miedo.