MÉRIDA.- Como suele ocurrir de unos años a la fecha, en medio de elecciones cada vez más competidas, los gobernadores que resultan ganadores asumen por lo general con Congresos estatales en los que sus partidos no tienen la mayoría y, en consecuencia, tienen que negociar con la oposición para llevar a cabo sus proyectos políticos.

Este fue el caso del gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, quien durante sus primeros tres años (2018-2021) estuvo limitado en un Congreso donde el PRI era mayoría, junto con Morena y el PRD que en el estado no es aliado del PAN.

Luego de las elecciones del 2021, el PAN y sus aliados lograron hacerse no solo de la mayoría sino también de la mayoría calificada en el Congreso local.

Hoy Mauricio Vila la lleva tranquilo, se aprueban sin problema las iniciativas que envía al Congreso, no sin moverle ni siquiera una coma, como ocurre en el Congreso de la Unión, pues hay algunas que se han complementado con propuestas de la oposición, tomando en cuenta que hay, al menos en el PRI, expertos parlamentarios.

Ahora las baterías de Vila Dosal apuntan hacia el Poder Judicial, un terreno al que jamás el PAN había tenido acceso y que permanecía como el último coto de poder del antiguo sistema.

Pronto el nuevo régimen tendrá el control del Tribunal Superior de Justicia. Algunos dicen que con mucha gente inexperta, egresada de universidades privadas, pero ese ya es otro cantar.

Sigiloso pero certero, con una sonrisa que jamás pierde, Mauricio Vila ha conseguido lo que ningún otro gobernador de Yucatán en los últimos años, no solo del PAN sino también del PRI. No en vano ya lo llaman por ahí el encantador de dinosaurios.