Historias de infidelidades hay muchas, pero pocas son tan épicas que se vuelven virales en redes sociales, como fue el caso de una mujer costarricense que se casó con un hombre en Estados Unidos, en donde radica ella, pero con el paso del tiempo se enteró que él tenía una doble vida en México.

De acuerdo con la joven identificada como Alexia Prendas, todo comenzó a finales del 2022, cuando su marido viajó de Estado Unidos a México para ver a su familia, pero comenzó a poner pretextos para regresar en Navidad con su parte estadounidense, pues también tiene un hijo, lo que causó las sospechas en Alexia.

Sin embargo, de acuerdo con ella, él la manipuló para que le creyera y ella terminó por ceder, aunque la sospecha de que algo andaba mal no se le quitó y decidió tomar cartas en el asunto y compartir algunas imágenes de ellos en pareja, lo cual fue suficiente para que la otra familia cayera.

Cabe destacar que luego de que el marido no regresó para Navidad a Estados Unidos, le prometió a Alexia estar para Fin de Año, algo que tampoco pasó y él inventó una historia donde alegó haber sido atacado por organizaciones criminales y por si no fuera mucho el descaro, hasta fotos le mandó de lo que supuestamente había pasado.

Después de que Alexia compartiera fotos con su esposo en las redes sociales de él, la familia la contactó y le mandó imágenes de cómo había sido su boda, la cual supuestamente se había celebrado en diciembre, generando aún más la molestia de la esposa en Estados Unidos.

Aunque sumado a ello, resultó que al esposo infiel solo le sobraba el amor, pero no el dinero, pues cuando viajó a México se llevó uno de los vestidos de su esposa y se lo puso a la amante, quien se enteró que el vestido era de Alexia hasta que comenzó a revisar su cuenta en redes sociales.

Rápidamente el caso cobró fuerza entre los internautas, quienes le aconsejaron para hacer que se invalidará el segundo matrimonio de su esposo y hasta que éste fuera a prisión, pero Alexia declaró que no le importa que él fuera a la cárcel, ya que solo le bastaba que no se acercara ni a ella ni a su hijo.