Mérida, Yucatán, 21 de abril de 2023.-Ante las precarias condiciones en la que miles de alumnos de licenciatura deben atravesar al realizar su Servicio Social, el Senador por Yucatán, Jorge Carlos Ramírez Marín ha propuesto ante la Cámara Alta una iniciativa que erradica este trámite como requisito para la titulación, misma que ha sido respaldada por jóvenes universitarios.

“Les exigen a los estudiantes, pero no les garantizan condiciones, ni de seguridad, ni económicas o sociales y esta es una realidad que tenemos que cambiar”, indicó el legislador.

“Durante los meses que prestan su servicio, miles de jóvenes no ven remunerado su trabajo o no al menos con un pago que vaya acorde al trabajo tan importante que desempeñan y mucho menos para cubrir sus necesidades básicas, como es el caso de los pasantes de las carreras del área de la salud, quienes en muchas ocasiones son enviados a comunidades remotas y esto sin considerar los riesgos a los que son expuestos”, agregó.

En respuesta, jóvenes estudiantes han manifestado su respaldo a esta iniciativa y resaltan el respaldo de Ramírez Marín para generar mejores condiciones para ellos en sus centros de trabajo.

“No hay ninguna consideración para los que ya terminamos la universidad, pero aún no nos hemos titulado, porque estamos haciendo el servicio, por ejemplo, ya no nos dejan renovar nuestra tarjeta de estudiante para el transporte público, porque ya no vamos a la escuela, así que ahora para ir al servicio tenemos que pagar completo y eso es otro gasto”, expresó Felix Silva, joven egresado de la carrera de Fisioterapia y Rehabilitación. 

Señalaron que son múltiples los retos que, como estudiante han tenido que atravesar para cumplir con este requisito, sin el cual, no podrían aspirar a contar con el título profesional en sus respectivas carreras, sin embargo, son pocas o nulas las condiciones para atravesar dicho período.

Para Gabriel Victoria, egresado de la carrera en Médico Cirujano, describió la experiencia del Servicio Social como una “una experiencia traumática” en la que vio a muchos de sus compañeros de generación, caer en cuadros de depresión, ansiedad y estrés, ante las cargadas jornadas laborales y las condiciones en las que debían de vivir.

“A mí me tocó dejar todo y mudarme a un pequeño poblado llamado Huntochac, a casi 3 horas de Mérida, donde trabajaba dobles o triples turnos. El dinero que me daban a duras penas cubría mi gasolina, todo lo demás desde mi renta, la comida y por ejemplo, el internet para estar comunicado con mi familia, tenía que ver cómo costearlo”, relató el médico.

Entre los retos que atraviesan se encuentra la inseguridad, las jornadas extendidas de trabajo, la poca remuneración y los altos niveles de estrés que conlleva a que los estudiantes corran diversos riesgos a su integridad física, económica y emocional.

Es por ello que Ramírez Marín propone que este trámite se pueda realizar hasta 5 años después de concluir con sus estudios, siempre garantizando que este se realice bajo condiciones que garanticen que será un espacio libre de todo tipo de violencia y con la remuneración adecuada.