MÉRIDA, Yucatán.- Ni Judas fue tan traidor como Bayardo Ojeda Marrufo, pues el Iscariote aceptó las consecuencias de su traición y las asumió al ahorcarse arrepentido, todo lo contrario de Bayardo, quien muestra una actitud roedora al abandonar el barco al que se subió al calor de las campañas y ahora huye como una rata.

Apenas han pasado 15 días de la elección y ya fue a arrodillarse al poder, lo cual habla de su baja calidad moral y que no le importa traicionar una y otra vez.

La gran pregunta es ¿Cómo quedarán sus denuncias presentadas ante las autoridades federales y locales?

Lamentablemente estos son los políticos que perjudican la política, porque no tienen rumbo, ideales menos personalidad, ni dignidad. Creo que en el caso de Bayardo ni siquiera sabe qué es eso.

Así se conoce a la gente y a los políticos de una sola pieza, no remedos de política que traicionan y al primer movimiento de olas bravas corren a refugiarse en el poder. Hoy dice que vuelve al lado correcto de la historia, pero la historia ya lo juzgó como un traidor por dos.