Trump amenaza soberanía de Panamá, México, Canadá y Groenlandia: ¿Retórica o peligro real?

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha amenazado en la última semana la soberanía territorial de Panamá, México, Canadá y Groenlandia – territorio autónomo de Dinamarca-, aunque todavía es pronto para conocer si se trata de una maniobra de distracción o tiene intenciones reales.

El republicano asumirá el poder el 20 de enero con su vieja promesa de hacer “Estados Unidos grande otra vez”, lo que podría poner contra las cuerdas la relación de Washington con varios de sus aliados, como ya ocurrió durante su primer mandato entre 2017 y 2021.

Trump generó un revuelo mayúsculo al anunciar, tanto en redes sociales como en un discurso el domingo en Arizona, que buscará recuperar el control estadounidense del Canal de Panamá si no reducen las tarifas que cobran al comercio de Estados Unidos para transitar la vía.

Ayer anunció que nominará como embajador en Panamá a Kevin Marino Cabrera, actual comisionado del condado de Miami-Dale, e insistió en que el país centroamericano está “estafando” a Estados Unidos.

La amenaza ha chocado con el rechazo frontal del presidente panameño, José Raúl Mulino, quien dijo que la soberanía del canal transoceánico es innegociable y recibió el respaldo de varios líderes latinoamericanos.

El canal de Panamá fue construido por Estados Unidos, que lo inauguró en 1914 y lo administró hasta su traspaso al Estado panameño el 31 de diciembre de 1999, como quedó establecido en los Tratados Torrijos-Carter firmados el 7 de septiembre de 1977 en Washington por los entonces presidentes de Panamá Omar Torrijos (1929-1981) y estadounidense Jimmy Carter (1977-1981).

Cuando Mulino respondió en un vídeo institucional que la vía intraoceánica seguirá siendo panameña, el republicano no tardó en mofarse en redes sociales: “Ya lo veremos”, dijo Trump, quien publicó una ilustración del canal con una bandera estadounidense.

Durante el primer mandato del magnate neoyorquino, no siempre estuvo claro si su retórica, muchas veces incendiaria, escondía intenciones reales o si, por contra, era una maniobra de distracción o una forma de presión para forzar algún tipo de negociación.

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