En Japón, ancianos roban para ir presos y así recibir comida y atención médica

Un grave problema social ocasiona el envejecimiento de la población en Japón, donde cada vez más ancianos cometen intencionalmente delitos menores, como robos y hurtos de poca monta, para ser detenidos, procesados y condenados a prisión, adonde quieren llegar para tras rejas comer y tener protección.

Los ancianos buscan que al estar presos puedan contar con un techo, alimentación y atención médica que en libertad no están en la capacidad de costear.

Personas de la tercera edad buscan tras rejas la protección que no reciben en libertad, abandonados y pobres. La mayoría son abandonados a su suerte por familiares o carecen de ellos. Y necesitan comida.

En 1990, los crímenes cometidos por los japoneses mayores de 60 años no llegaban ni al 5 % respecto del total, según la Agencia Nacional de Policía.

El porcentaje ha aumentado hasta superar los 20 puntos porcentuales en los últimos años con un incremento del 450 %. Con el tiempo ya se sabe que los ancianos de la nación habían encontrado en estos delitos una vía por la que tener un hogar y asistencia social gratis.

Los japoneses mayores en el país buscan ir presos con tal de no pasar sus últimos años de vida en soledad y sin recursos económicos. Algo que está ocasionando una ola de delitos sin precedentes, uno donde casi un 40 % de los hurtos eran cometidos por personas de más de 60 años. Casi el doble que una década atrás.

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