Piden tener cuidado con falsos profetas yucatecos
La incertidumbre y el temor se apoderaron de personas que consultan en el Centro de Salud de Yobaín, ya que su director, Luis Leopoldo Magaña Aguilar. fue el supuesto pastor que encerró a un grupo de personas en un templo cristiano, tras «profetizar» que el pasado miércoles 31 de diciembre se acabaría el mundo a causa de un meteorito y una ola gigante.
Personas consultadas indicaron que ahora tienen desconfianza, pues no saben si Magaña Aguilar es un desequilibrado mental, ya que se siente un «profeta» e incluso afirma que habla con Dios.
Algunos dijeron que en los últimos día vieron que actuaba de manera extraña y su tema recurrente era el fin del mundo. Incluso pedía a la gente que se preparara porque inminente una catástrofe que acabaría con la humanidad.
Como informamos, Magaña Aguilar se proclama «pastor» de la congregación religiosa denominada Casa de Dios Iglesia Cristiana Eben Ezer, de Dzidzantún, donde la madrugada del miércoles 31 de diciembre encerró a un grupo de personas, porque predijo que a las 3 de la madrugada de ese día caería un meteorito en la costa de Santa Clara, lo cual ocasionaría un «tsunami» que arrasaría poblaciones costeras y llegaría hasta Dzidzantún.
Como parte de la preparación para esperar el fin del mundo, pidió a sus feligreses que retiraran todo su dinero de los bancos, a fin de reunir 100 mil pesos para comprar víveres que servirían durante la sobrevivencia de la catástrofe.
A final de cuentas no pasó nada y al lugar acudieron padres de familia que exigieron la salida de sus hijos menores de edad, entre ellos algunos bebés, atrapados en el citado templo.
Sin embargo, Magaña Aguilar se negó a entregarles a sus hijos, a pesar de que desde adentro se escuchaban llantos de niños, lo que más desesperó a los padres, que recurrieron a la policía.
Finalmente se permitió la salida de la gente, pero antes el «profeta» amenazó a los padres y a los policías con denunciarlos por interrumpir una adoración. También dijo que al abrirse las puertas del templo ya no se cumpliría la profecía, pues Dios no expondría a los elegidos a una muerte segura.
Al respecto, conocedores de la palabra de Dios pidieron a la gente que no caigan en los engaños de personas que se autoproclaman “profetas» o «pastores”, ya que muchas veces solamente buscan intereses personales o tomar alguna decisión mayor que puede repercutir en la vida de los fieles y sus familias.
Según se averiguó, el jueves el doctor se presentó a trabajar al Centro de Salud de Yobaín como si nada hubiera ocurrido.
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