Murió como vivió: pegado a la botella
José Perfecto Chan Chan era un perfecto alcohólico y quizá por eso, como le dirían sus compañeros de parranda, haya «muerto feliz», es decir, pegado a la botella.
El hombre, a quien apodaban «Caracol», murió en el predio 542 de la calle 81-A entre 90 y 92 del centro de Mérida, donde expiró a causa de una cirrosis hepática.
«Caracol», de 52 años de edad, carecía de domicilio fijo y, de acuerdo con los vecinos, era un bebedor consuetudinario que frecuentaba el rumbo.
Uno de los vecinos lo vio tirado en el suelo y llamó a las autoridades. Al lugar llegaron paramédicos que constataron que el hombre había muerto a causa de cirrosis hepática.
Más tarde llegaron agentes de la Policía Ministerial y personal médico forense.
Uno menos, ¡ADIOS!