Llora tras matar de un balazo a marido golpeador

Sarita Concepción Carrillo Cetina, la joven de 19 años que mató al esposo que la maltrataba en una humilde vivienda de Akil, lloró tras consumar el asesinato del hombre que algún día amó, pero que al pasar el tiempo le fue tomando un odio que se salió de control por las humillaciones y golpes que vivió durante cinco años.
La escena que descubrieron la noche del domingo 12 de octubre los familiares del hoy occiso, identificado como Géner Lizandro Ku Xool, fue dramática.
Tras escuchar una detonación similar a la que producen las «bombitas» en diciembre, las hermanas del individuo acudieron a ver qué ocurría, y al entrar a la choza de paja vieron a Sarita con una pistola en las manos llorando mientras repetía «creo que lo maté».
La joven, que es madre de una niña y está embarada, fue vinculada a proceso por la muerte de su marido.
La resolución fue emitida por el Juzgado de Control del Centro de Justicia Penal de Tekax, que también dictó prisión preventiva por siete meses y otorgó un plazo de cuatro meses a la Fiscalía General del Estado para terminar la investigación.
Desde el primer momento la joven no negó el crimen, pues argumetó que Géner Lizandro le daba muy mala vida. De hecho aquella noche fue el último pleito que tuvo la pareja.
También dijo que a pesar de varias denuncias que interpuso ante el juez de paz contra Ku Xool, nunca se procedió contra el marido golpeador.
De acuerdo con el expediente, Sarita Concepción ultimó a su cónyuge de un balazo en la cabeza con una pistola hechiza, que posteriormente se averiguó es una pistola de diábolos convertida a calibre .22.
La escena del crimen fue descubierta por las hermanas del hoy occiso, que viven en el mismo terreno donde Gener Lizandro había construido una choza de paja para tener a su familia. El predio es propiedad de la familia Ku Xool.
Las mujeres escucharon como «bombitas» y enseguida corrieron a ver qué había ocurrido en casa de su hermano menor.
Al llegar vieron a Sarita con una pistola en las manos llorando mientras repetía «creo que lo maté».
Familiares del hoy occiso dieron parte a la policía, cuyos agentes comprobaron que Gener Lizandro estaba muerto y procedieron a detener a la joven esposa, que como informamos dijo que desde hacía cinco años vivía un infierno con su marido, ya que constantemente la insultaba y golpeaba.