De joven Gerard Depardieu se prostituyó con hombres para poder comer
Gérard Depardieu no deja de acumular titulares, ya sea por su exilio fiscal, su proclamado amor por Putin o sus problemas con la justicia. Ahora, el actor franco-ruso revela algunos aspectos oscuros de su pasado en una nueva autobiografía, «Ça s’est fait comme ça» (Así sucedió), de la que la prensa frances y británica avanza algunos extractos.
Los problemas de Depardieu comenzaron en su infancia, rememora. El tercero de una familia de seis niños, la madre del actor le repetía que no le quería. «He sobrevivido a las agujas de calcetar de mi madre (ella le decía que había intentado abortar con ellas). No debería haber nacido. Soy un superviviente».
Dice el actor que con sólo 10 años empezó a vagar por las calles. «Los únicos que han sido un poco padres para mí cuando era niño no son ni los profesores ni los curas, sino los gendarmes. Siembre me he entendido bien con los gendarmes y los ‘polis’. Eran condescendientes, autoritarios pero condescendientes. Son bastante menos canallas de lo que quieren aparentar», relata en su libro.
Pronto se dio cuenta de que resultaba atractivo para otros hombres. «He sabido desde muy joven que gusto a los homosexuales». Y pronto supo que si le pedían sexo, «yo les pediría dinero».
Ya por entonces tuvo problemas con las autoridades. A los 16 años, el actor cumplió tres semanas en la cárcel por robar un coche. En su juventud, también ayudaba a un ladrón de tumbas a robar joyas y zapatos a los cadáveres, a los jóvenes estudiantes que dormían en la calle durante las protestas de mayo del 68 (por entonces, él tenía 20 años) y a sus clientes.
«A los 20 años, el rufián que había dentro de mí estaba vivo y pateando. Estafaría a algunos de ellos (de sus clientes). Golpearía a algunos tipos y me marcharía con todo su dinero», rememora.
Aunque no parece mostrar remordimientos de este pasado, sí parece arrepentirse de su relación con su hijo Guillaume, fallecido en 2008 tras una vida salpicada de problemas (como su padre, que estuvo en la cárcel). «No pude responder a las demandas y sufrimientos de Guillaume».
El actor, que recientemente presumió de beberse 14 botellas al día, comenzando con champagne y siguiendo con whisky por la noche, aprovecha también su biografía para hablar de su amistad con Vladimir Putin y de su decisión de nacionalizarse ruso para pagar menos impuestos. Depardieu afirma que habla muy a menudo con el mandatario ruso, del que dice que inmediatamente se cayeron bien, reconociendo que tenían mucho en común. «Creo que de inmediato le gustó mi lado gamberro».
Pues no estaba de mal ver, yo sí me prostitia con el… ¿lo dije o pensé? Uppppssss