Nuevo tipo de estafa en Yucatán, mediante fumigadores
Tras pegar varios golpes en otros estados del país, un nuevo tipo de estafadores ha llegado a Yucatán, los cuales se especializan en aprovechar los descuidos de ancianos para robarles alhajas, dinero y otras pertenencias.
Haciéndose pasar por fumigadores, son las propias personas de la tercera edad las que les abren las puertas para dejarlos entrar a las casas, pues con el pretexto de hacer una fumigación gratuita se introducen a cuartos y revisan lugares donde saben que por lo general los viejitos resguardan sus bienes valiosos.
El modo de operar de estos individuos es el siguiente: Primero detectan alguna casa donde vean que vive un anciano solo o que permanece mucho tiempo sin más compañía. Acto seguido llaman a la casa ofreciendo servicio de fumigación. Por lo general los abuelos no se interesan en ese tipo de servicio, pero les ofrecen hacerles una fumigación gratuita a manera de prueba.
Habitualmente los viejitos aceptan y dejan entrar a los supuestos fumigadores, que recorren toda la casa y aprovechan un descuido para robar alhajas, dinero y otros artículos valiosos.
De estos estafadores se tienen reportes en estados del Bajío como Guanajuato, y también en el centro del país. En el Sureste hay noticias de ellos en Tabasco y Chiapas, y ahora han llegado a Yucatán, al menos al interior del estado.
Estafan a abuela de 91 años
El golpe que pegaron en Yucatán afectó a una mujer de 91 años, identificada como Marina Cauich Cocom, vecina del barrio de San Juan de Valladolid, en el oriente del estado.
Según se averiguó, los estafadores aprovecharon que la abuela estaba solo con su nieta de cuatro años y le robaron las escasas alhajas que guardaba como recuerdo durante años.
De acuerdo con el testimonio de la afectada, los individuos llegaron a bordo de una motocicleta roja y se presentaron como fumigadores. Eran un hombre de 50 años de edad y otro de aproximadamente 25 años, que le dijeron a doña Marina que estaban pasando a fumigar.
La mujer estaba sentada a las puertas de la casa y sin mayor reparo les dijo que pasaran. Cuando la dueña del predio quiso entrar, el de mayor edad se lo impidió, con el argumento de que la sustancia era tóxica y debía de esperar un rato.
En tanto, el timador más joven estaba adentro revisando las pertenencias, entre las cuales encontró alhajas que la nonagenaria tenía como recuerdo de su mamá y mil pesos que la abuelita había cobrado de un programa gubernamental.
La nonagenaria, que padece diabetes, intentó entrar argumentando que su comida estaba destapada, pero igual se lo impidieron y le dijeron que no pasaba nada. Momentos después salieron los estafadores, se despidieron y se alejaron con rumbo desconocido.
Apenas recibieron el aviso, policías municipales de Valladolid se presentaron al domicilio, pero ya no se pudo dar con el par de individuos.
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