Prohíben a mujeres bañarse en un cenote sagrado para que ‘no pierda fuerza’
Yucatán se caracteriza por la realización de muchos rituales sangrientos en los que se fomenta la crueldad, el maltrato animal y el desprecio por las mujeres mediante ceremonias con marcado acento machista.
Uno de esos ejemplos es el polémico Kots Kaal Pato, que hace unas semanas se llevó a cabo en Citilcum, comisaría de Izamal. La ceremonia consiste en arrancarle el cuello a patos que están colgados de las extremidades inferiores. Participan hombre jóvenes que se cuelgan de las aves indefensas hasta arrancarles el pezcuezo.
Previamente se rompen piñatas cuyo contenido son animales vivos, como iguanas y zarigüeyas a las que terminan matando a palos. Ya se hacen gestiones para prohibir esta ceremonia.
No podemos olvidar los torneos de lazo, que supuestamente están prohibidos pero continúan realizándose en varios pueblos yucatecos.
Apenas ayer se efectuó en el oriente de Yucatán una ceremonia con fuerte acento machista. Se trata de la celebración en honor a San Juan Bautista en Sucopo, comisaría de Tizimín, donde fueron evidentes los marcados roles asignados según el género de la persona.
El evento principal de este ritual son los clavados en el cenote «Siete Bocas», en los que participan únicamente hombres, porque las mujeres tienen prohibido hacerlo, pues según la creencia si una de ellas se baña en el cenote, éste «perdería su fuerza».
A lo más que pueden aspirar las mujeres es a lanzar pétalos de rosas al agua como un ritual previo a los clavados “para pedir permiso al dueño del cenote” (¿que tal si ante el avance de las cuestiones de género ahora es dueña?).
Las mujeres tienen que conformarse con un baño en un ojo de agua cercano, pues ahí es donde tienen permiso para bañarse niñas, jóvenes y personas adultas del sexo femenino.
Luego de los clavados, los hombres salen «purificados» de las aguas del cenote, de unos 30 metros de profundidad, según los habitantes de esta comisaría tizimileña, que también señalaron que esta tradición se inició hace 40 años pero durante un tiempo se suspendió y ahora es el tercer año que se realiza desde que se retomó.
Para finalizar la ceremonia se ofreció un convivio que consistió en pozole con coco como bebida y tacos de escabeche y relleno negro.
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