Una semana después de su fuga del penal de máxima seguridad del Altiplano, la búsqueda de Joaquín Guzmán Loera, mejor conocido como «El Chapo Guzmán», ha llegado a Yucatán, al menos en retenes en los que se reparten avisos sobre la recompensa que ofrecen las autoridades para quien dé informes de su paradero.

Estos puestos de control están instalados en los accesos de la ciudad por el Periférico, donde agentes federales, apoyados por policías estatales, entregan fotos del buscado narcotraficante e informan que la Procuraduría General de la República (PGR) está ofreciendo una recompensa de 60 millones de pesos por su cabeza.

Si bien es poco probable que el jefe del Cártel de Sinaloa se refugie en Yucatán, la captura de otros capos del crimen organizado en el estado ha generado que muchas personas empiecen a levantar especulaciones.

Como se recordará, en los primeros meses del año fueron arrestados en Yucatán Flavio Gómez, hermano de Servando Gómez «La Tuta», líder de los Caballeros Templarios, y Víctor Aguirre (a) «El Gordo», líder del Cártel de Acapulco.

El primero fue detenido en una casa de la colonia Maya en Mérida y el segundo en un predio de Progreso.

Semanas después corporaciones federales realizaron varios cateos en la capital yucateca en busca de una mujer vinculada a Flavio Gómez, de quien se dijo operaba desde Mérida el centro financiero de los Caballeros Templarios.

Hace unos días la Secretaría de Gobernación convocó a una reunión de seguridad a los gobernadores de la zona sureste, con excepción de Yucatán, lo que hace suponer que el gobierno federal piensa que «El Chapo» Guzmán huirá hacia Centroamérica, donde su influencia se ha extendido y tiene poderosos operadores.

Esto significa que es muy poco probable que Guzmán Loera utilice Yucatán para ese fin, pues de la zona sureste es el único estado que no tiene frontera con Centroamérica.