Luego de la polémica que se armó por el arboricidio durante las obras de ampliación del Centro de Justicia Oral de Mérida (Cejom), las autoridades tomaron cartas en el asunto y diseñaron una estrategia para que no acabar con los pulmones meridanos.

Con ayuda de una grúa, los árboles jóvenes, que fueron plantados cuando se inauguró la primera etapa del Cejom, ahora son trasplantados en otras áreas que no abarcan las obras de ampliación.

Entre los que se trasplantan hay algunos árboles que apenas presentan troncos, pero hay otros que, por su propia especie, ya han alcanzado un tamaño regular y ya tienen cierta frondosidad.

Por lo pronto se están poniendo a salvo flamboyanes, piches, maculis, chakás y otras plantas nativas que crecían en el terreno que en breve ocuparán las nuevas instalaciones del Cejom, como parte de la consolidación del nuevo sistema de justicia penal.