Cientos de bienes decomisados, pero que no fueron reclamados, permanecen arrumbados en los juzgados penales, donde ahora se han convertido en chatarra y foco de infección.

Dichos artículos constituían cuerpos del delito y los procesos ya concluyeron, pero no se deshicieron de ellos.

El problema es que no hay en puerta ninguna subasta que permita deshacerse de ellos, aunque cabe precisar que ya son solo chatarra, porque no están en condiciones de uso.

Por años se han ido acumulando triciclos oxidados, motocicletas, rejas, pedazos de aluminio, cobre, bicicletas, tanques de gas y acetileno, bidones de gasolina, etcétera.

Hace unos días personal de Sanidad Militar, el magistrado presidente, Marcos Celis Quintal e integrantes de la Consejería efectuaron una visita el miércoles pasado al Centro de Justicia Oral, donde recorrieron diveras áreas, pero no la zona donde se arrumban los cacharros.